Tal como los jóvenes del resto del mundo, los millennials en China disfrutan las nuevas tendencias musicales. Por eso, la música cristiana se está abriendo paso en la nación comunista. Algunos artistas incluso se han mudado a China para participar de lo que se puede llamar un mover de Dios.

May podría ser la próxima estrella musical de China y su popularidad crece más que nunca.

“Mi nombre es May, soy apasionada por la música y cantar en muchos idiomas”, dice May, cantante.  

May es la cantante principal de la banda cristiana Weland.

Ella es apasionada por la música desde la universidad, may gradualmente, empezó a escribir música y aprendió a cantar en muchos idiomas. Ella también toca varios instrumentos. Aún siendo exitosa, nunca deja de mejorar.

“Estoy feliz de saber que los aficionados en China disfrutan mi música. Escuchan mis canciones en el metro, camino al trabajo… se oyen por todo Pekín. Mientras tanto, también le digo al público que mi música se trata de Dios.  Jesús es mi inspiración. Yo le canto a Él”, precisa May.

Aunque May es famosa y exitosa hoy, también agradece a su consejera espiritual, su mejor amiga, Ting Ting.

“Fui atraída por la voz hermosa de May. Ella es muy talentosa en muchos aspectos. Cuando descubrí que May era cristiana, nos hicimos cada vez más cercanas”, comenta Ting Ting.

A través de los años, Ting Ting y May se presentaron en varios lugares de Pekín, como cafés y centros comerciales. Más jóvenes chinos empezaron a seguir sus giras. Algunos llaman su música “el nuevo sabor de China”.

“Cuando escucho su música, inmediatamente me siento con paz y feliz. Sé que son cristianas. Creo que es por eso que su música es tan especial”, indica una fan de música cristiana.

“Cuando escribimos la música, no creamos las piezas para nadie, ni una organización, solo cantamos para Dios. La parte más difícil es asegurarnos que la música sea atractiva a las generaciones jóvenes de China. Los jóvenes necesitan a Jesús y la música cristiana podría ser la nueva forma para alcanzarles”, indica Ting Ting, amiga de May.

“Inspirados por las historias de éxito de Ting Ting y May, músicos de otros países han ido a China, usando formas similares o incluso creativas para hablarles a los jóvenes de Jesús. De hecho, la música cristiana se ha vuelto más apetecida e interesante para el país”.

Rebecca Williams nació y creció en una familia cristiana en Australia. Sorprendida por la cultura china e impactada por la dedicación de los chinos cristianos, decidió mudarse al país asiático.

“Mi mamá siempre supo que algún día Dios me sacaría de Australia. Mi mamá no se sorprendió cuando le dije sobre la mudanza a China. Mis padres querían que siguiera el camino que Dios me preparó”, precisa Williams.

Al viajar alrededor del país, Dios le inspiró a usar sus talentos para compartir el evangelio en China.

“Creo que la música tiene el poder de transformar vidas. Cuando canto o tengo un concierto, simplemente uso mi voz para alabar al Señor. Sin Dios, ciertamente no podría imaginar lo que hago ahora”, comenta Williams.

En 2010, Rebecca se unió a una banda local en Pekín. Ella y su equipo viajan por todo China para presentarse en varios lugares. Comparten el mismo entusiasmo por Jesús y la música que los unió.
“Jesús usa personas como Rebecca, nosotros para compartir su bondad y misericordia. Los músicos cristianos vienen a China para transformar esta nación. Los jóvenes quieren la verdad”, concluye Uncle Bing, cantante.