Los padres en cualquier parte del mundo quieren que sus hijos tengan una buena educación. Pero en algunos países incluso mantenerlos con vida es difícil. Es el caso de los inmigrantes birmanos que viven en Tailandia. Sin embargo, una escuela dirigida por misioneros cristianos ha cambiado las vidas de miles de niños.

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Por más de diez años la Escuela Elpis ha provisto educación gratuita a niños birmanos refugiados. Como expresión de su gratitud, el ex alumno Tun Nai Oo ahora enseña en la escuela.

“Elpis me enseñó muchas cosas. Ahora quiero compartir con mi gente lo que aprendí”, dijo Tun Nai Oo, graduado de Elpis.

“Elpis” proviene de la palabra griega “esperanza”. El ministerio trabaja para cumplir ese nombre con éstos niños que escaparon de la violencia y la pobreza.

El río Moei corre entre Birmania y Tailandia.

La mayoría de indocumentados usa ésta vía para llegar a Tailandia. Los padres birmanos traen a sus hijos a ésta parte de Tailandia llamada Mae Sot, creyendo que aquí tendrán una vida mejor.

La cofundadora de Elpis, Maria Amihan, se sorprende de cómo Dios los guió éstos años para ayudar a tantos niños inmigrantes. Han enfrentado incluso amenazas de muerte.

“El Señor me dio un versículo: ‘Reprime del llanto tu voz, y de las lágrimas tus ojos; porque salario hay para tu trabajo, dice Jehová, y volverán de la tierra del enemigo’. Es una promesa a la que me aferro”, comentó Maria Nelma Amihan, cofundadora de Elpis.

El ministerio ha crecido a 300 estudiantes. Además de las lecciones los alumnos reciben un almuerzo que para la mayoría de ellos es su única comida completa al día.

Elpis provee refugio para los estudiantes de secundaria. Eso evita que las niñas se prostituyan o trabajen.

Phyu Phwe Way casi se pierde ésta nueva oportunidad de vida pues su madre quería que trabajara en Bangkok.

Ella cambió de parecer tras darse cuenta que su hija sería la primer miembro de su clan en graduarse de la escuela primaria. Ahora Phyu Phwe Way es la primer graduada de Elpis admitida en una prestigiosa institución tailandesa.

“Quiero ser intérprete y mi esperanza es compartir de Dios y ayudar a otros niños”, aseveró Phyu Phwe Way, estudiante de Elpisscholar.

Los maestros de Elpis también comparten la salvación de Cristo y enseñan a leer la Biblia.

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