Palestinos: “recibiremos al vicepresidente de Estados Unidos con zapatos y más"

Palestinos: “recibiremos al vicepresidente de Estados Unidos con zapatos y más"

12-15-2017

Suponga que usted hizo una fiesta y nadie asistió.

Ese es el dilema que enfrenta el vicepresidente Mike Pence mientras viaja a Medio Oriente después del anuncio del presidente Trump en Jerusalén.

Cuando el presidente hizo el anuncio histórico reconociendo oficialmente a Jerusalén como la capital de Israel y moviendo la embajada de Estados Unidos allí, dijo que enviaría al vicepresidente a la región a fines de este mes para reunirse con varios líderes y funcionarios del gobierno.

El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, fue el primero en decir que no se reuniría con Pence.

Pence quiere visitar la Iglesia de la Natividad en Belén y reunirse con Abbas el 19 de diciembre.

El miembro del Consejo Revolucionario de Fatah Mohammed Lahham dejó en claro que el vicepresidente no es bienvenido.

"En nombre de Fatah, digo que no daremos la bienvenida al delegado de Trump en los territorios palestinos... recibiremos al vicepresidente de Estados Unidos con zapatos y más".

En todo el Medio Oriente, mostrar o arrojar zapatos a alguien se considera un gran insulto y una demostración de desagrado y falta de respeto.

Un vocero de la oficina del vicepresidente Pence dijo que los funcionarios de la Autoridad Palestina al negarse reunir con el Sr. Pence, le están dando la espalda al diálogo y al proceso de paz.

En otro desaire, el Papa Tawadros II de la Iglesia Ortodoxa Copta en El Cairo canceló una reunión propuesta con Pence programada para el 20 de diciembre.

Él dijo que lo hizo porque la decisión de Trump en Jerusalén "no tuvo en cuenta los sentimientos de millones de personas árabes".

La decisión de Trump en Jerusalén recibió críticas generalizadas en todo el mundo, manifestaciones en el Líbano, Pakistán y Turquía y disturbios en los territorios palestinos.

En 1995, el Congreso de Estados Unidos aprobó una ley conocida como la Ley de la Embajada de Jerusalén, que otorgó el reconocimiento oficial de Estados Unidos a Jerusalén como capital de Israel y exigió que la embajada de Estados Unidos se trasladara de Tel Aviv a Jerusalén.

Desde entonces, temiendo disturbios y otras preocupaciones de seguridad, cada presidente de Estados Unidos ha firmado una exención que pospone la reubicación de la embajada.

Trump decidió cambiar la política diciendo: "No podemos resolver nuestros problemas haciendo las mismas suposiciones fallidas y repitiendo las mismas estrategias fallidas del pasado. Todos los desafíos exigen nuevos enfoques".