Estadounidenses aceptan más a otros grupos religiosos que a los evangélicos

Estadounidenses aceptan más a otros grupos religiosos que a los evangélicos

02-17-2017

Los estadounidenses han desarrollado mejores relaciones con todos los grupos religiosos principales, excepto los cristianos evangélicos. Un estudio de Pew Research publicado el jueves, dice que los judíos, los musulmanes, los ateos, los católicos, los budistas y los hindúes han mejorado su posición con los estadounidenses, pero las relaciones con los evangélicos no se han movido desde 2014.

A pesar de su estancada relación, el 44 por ciento de los estadounidenses dicen sentirse positivamente sobre los evangélicos. Sin embargo, gran parte de ese favor proviene de los propios estadounidenses evangélicos. Las calificaciones bajan a sólo el 32 por ciento cuando se eliminan las respuestas de otros evangélicos.

Los investigadores dicen que una de las principales razones por las que los estadounidenses no se están acercando a los evangélicos es porque los estadounidenses no conocen suficientemente a los evangélicos.

Un estudio de 2013 dice que 1 de cada 5 estadounidenses no conoce personalmente a un evangélico y que el grupo no es muy popular entre los millennials (jóvenes entre 20 y 35 años). Los estadounidenses que conocen personalmente a los evangélicos los califican más alto en la escala de favorabilidad de Pew Research.

Curiosamente, muchos cristianos son cada vez más reacios a etiquetarse evangélicos debido al estigma negativo que rodea el término. Algunos estadounidenses asocian directamente a los evangélicos con la controversia que rodea al presidente Donald Trump y al Partido Republicano.

Esta asociación no es infundada. Pew informa que los evangélicos son el grupo religioso de mayor rango en el Partido Republicano.

Mientras que el informe puede estar preocupando a algunos evangélicos, los sociólogos Brad Wright dijeron a Christianity Today que los evangélicos no deben obsesionarse con la opinión pública.

"Hay muy poco que podamos hacer para cambiar las opiniones de otras personas de todos modos", dice. "Diciéndonos una y otra vez que los demás no nos quieren no sólo es inexacto, sino que también potencialmente impide la fe misma que buscamos avanzar".