Los candidatos presidenciales de Brasil cortejaron a los líderes de la iglesia cristiana el miércoles antes de una segunda vuelta en este país profundamente religioso con poblaciones católicas y evangélicas considerables.

El principal candidato de extrema derecha Jair Bolsonaro se reunió con el arzobispo católico de Río de Janeiro, mientras que su rival, el izquierdista Fernando Haddad, habló con líderes evangélicos y otros líderes cristianos.

Con unos 123 millones de miembros, Brasil es el hogar del mayor número de católicos del mundo, y ambos candidatos son católicos.

Pero los evangélicos están aumentando y ahora suman 42 millones.

El voto evangélico podría ser clave en esta elección debido al creciente papel en la política de las iglesias evangélicas junto con su creciente membresía y fuerza organizativa.

"No queremos un presidente electo basado en mentiras, que no sigue nuestra fe", dijo el pastor Ariovaldo Ramos.

Haddad está al margen de Bolsonaro en las encuestas para la segunda vuelta del 28 de octubre, pero su apoyo es particularmente débil entre los evangélicos que tienden a ser socialmente conservadores.

El izquierdista trató de apuntalar su apoyo entre los evangélicos, o al menos atenuar sus críticas hacia él, en una reunión el miércoles con una multitud de líderes cristianos, en gran parte amigables.

"A veces, un creyente que tiene una fe muy ferviente, lee algo así (noticias falsas contra Haddad que alegan que apoya el incesto) y dice: 'No votaré por Haddad, ¿cómo puedo votar por Haddad?" porque él o ella cree (esa noticia), ¿y sabes por qué la gente cree? Porque la gente piensa que es imposible que alguien sea lo suficientemente malo como para decir tal mentira acerca de alguien. Esa es la verdad", comentó Haddad.

"Alguien dijo que Jesús nos enseñó a amarnos unos a otros y no a armarnos (a llevar armas), esa es la verdad, ese es el secreto. No necesitamos otra palabra para resolver los problemas que tenemos en Brasil, necesitamos tener alguien generoso liderando el país, liderando un proceso de reconciliación nacional con amor y verdad”, añadió el político.

Mientras tanto, Bolsonaro se reunió con el cardenal Orani Tempesta y les dijo a los reporteros que él estaba allí más para escuchar que para hablar.

Dijo a los periodistas que firmó una promesa en defensa de los valores familiares y contra el aborto y la legalización de las drogas.

“Firmamos un compromiso para defender a las familias, para defender a los niños en la escuela, para defender la libertad religiosa. Estamos contra el aborto, contra la legalización de las drogas, es una promesa que está en el corazón de todos los buenos brasileños", dijo Bolsonaro.

Los católicos están más divididos que los evangélicos, pero las encuestas indican que también prefieren a Bolsonaro.