Un proyecto de ley de extradición que habría enviado a sospechosos criminales a la China comunista para su procesamiento parece estar muerto por ahora, pero el movimiento de protesta estudiantil de Hong Kong contra el gobierno de Pekín ha vuelto a la vida.

La líder de Hong Kong, Carrie Lam, se disculpó por el proyecto de ley de extradición que provocó protestas masivas, pero dijo que no renunciaría.

Ella solo se echó atrás después de que millones de personas protestaron por lo que creían que era un intento de China para erosionar aún más su independencia. Como colonia británica, Hong Kong tenía libertad política, religiosa y económica y creció hasta convertirse en una de las principales potencias financieras del mundo. Cuando el Reino Unido entregó Hong Kong a China en 1997, se suponía que esas libertades estaban protegidas, pero los residentes consideran que la ley de extradición forma parte de una serie de intentos por llevársela.

"La ley de extradición realmente es una amenaza para la independencia legal y judicial de Hong Kong de China continental", dice Lucille Talusan, corresponsal de CBN News Asia. "Y esto va en contra del acuerdo alcanzado durante la entrega de Hong Kong de 1997 a China continental".

El último gobernador británico de Hong Kong, Chris Patten, dijo que Occidente debe hacer frente a los intentos chinos de demoler lo que él llamó el "cortafuegos" entre "el estado de derecho en Hong Kong y lo que se aprueba por ley" en China continental.

"Deberíamos dejar en claro que esto no es una política o una sucesión de políticas que estamos preparados para respaldar e ignorar", dijo Patten.

Algunos han caracterizado el conflicto entre China y Hong Kong como un conflicto entre el comunismo y el cristianismo, y un himno no oficial de las protestas fue "Canta aleluya al Señor".

Un líder clave de la protesta que es cristiano, Joshua Wong, dice que el plan de extradición de China se ha disparado en su rostro, reavivando el movimiento de protesta contra el gobierno dictatorial de China.

"Beijing y Carrie Lam transformaron a toda una generación de jóvenes de ciudadanos normales a disidentes. Ese es el precio que debe pagar Beijing", dijo Wong.

El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, dijo que Hong Kong estará en la agenda cuando el presidente Donald Trump se reúna con el presidente chino Xi Jinping en la cumbre del G20 en 10 días.

Los optimistas verán en esta victoria de protesta la esperanza de que los residentes de Hong Kong puedan hacer frente a China. Pero los pesimistas han predicho durante mucho tiempo que la democracia en Hong Kong eventualmente morirá después de la entrega de 1997 a China, es solo cuestión de tiempo.