Los oficiales antiterroristas asistidos por la policía local allanaron dos iglesias bautistas de casas en Taraz, Kazajistán, durante los servicios de adoración el 10 y 17 de febrero, multando a los fieles por realizar oraciones sin el permiso del gobierno.

Tres personas fueron multadas con un salario promedio de entre uno y dos meses y otras dos personas también recibieron multas por diferentes montos que   The Express informó. 

Se les advirtió a los asistentes de la iglesia que tenían que dejar de practicar públicamente su fe, o se arriesgaban a sufrir más castigos.

Según el periódico, es la última supresión de la libertad religiosa en la antigua república soviética y un ejemplo de la implacable represión contra el cristianismo en el país de mayoría musulmana.

Balgabek Myrzayev, jefe interino del comité de armonía social, que supervisa la práctica de la religión, dijo a The Express que no estaba al tanto de las redadas o multas. 

"Nuestras leyes no prohíben la oración", dijo, pero defendió castigar a las personas por practicar su fe sin la aprobación del gobierno. 

"Nuestras leyes no permiten a las organizaciones religiosas no registradas y no tengo derecho a cambiar la ley", dijo al periódico . 

Las últimas redadas siguen a un fallo reciente de la corte de Kazajistán que multó a otra iglesia en el Consejo de Iglesias Bautistas.

Kazajstán figura como el número 34 en la lista de vigilancia mundial de Open Doors USA 2019 de los 50 principales países donde es más peligroso seguir a Jesús.   

El gobierno está trabajando constantemente para mantener y aumentar su control sobre la sociedad, utilizando vigilancia, redadas y detenciones. Los cristianos están bajo una vigilancia casi constante, y la amenaza del islam militante se usa como una excusa para restringir las libertades, lo que resulta en un empeoramiento de las condiciones para la minoría cristiana, según el sitio web de Open Doors USA .