Foto Twitter: Alliance Defending Freedom International
A un pastor canadiense-estadounidense, que ha vivido en Turquía durante 19 años, se le dijo que se fuera del país simplemente por compartir su fe cristiana con otros.
David Byle, junto con Alliance Defending Freedom International (ADF), está tomando una posición contra la persecución religiosa. El grupo de defensa legal basado en la fe presentó una solicitud ante el Consejo Europeo de Derechos Humanos (ECHR), el principal tribunal de derechos humanos.
Missionary Pastor David Byle was forced to leave the country he had called home for 19 years. Nobody should face discrimination because of their faith. We have filed an application on his behalf with Europe’s top human rights court. #EndPerseuctionNowhttps://t.co/2OI35GnijQ pic.twitter.com/z4uhyfTAhO
— ADF International (@ADFIntl) January 28, 2021
"Siempre que hablábamos en público, la gente estaba emocionada de escuchar y aprender", dijo el pastor. "Durante mucho tiempo, pudimos luchar con éxito contra los intentos del gobierno de detener nuestro ministerio, porque solo estábamos haciendo uso de nuestro derecho a la libertad de religión, protegida por la constitución turca ".
"El gobierno no nos quería en Turquía, pero mucha gente sí. Dios nos llamó allí, quiere que el pueblo turco escuche sobre Él y sepa que está haciendo cosas maravillosas", agregó Byle.
Byle comenzó como evangelista callejero, compartiendo el evangelio en toda Estambul. Pero la escena política de Turquía comenzó a cambiar y la persecución aumentó, lo que llevó a la policía a sospechar del cristianismo.
Enfrentó una decisión de deportación injusta en 2016, pero la impugnó en los tribunales y se le permitió permanecer en el país hasta que se finalizara su caso. Luego, Byle fue arrestado en octubre de 2018 y se le ordenó que se fuera dentro de los 15 días. Las autoridades afirmaron que Byle era una amenaza para el orden público y la seguridad y emitieron una prohibición permanente de reingreso.
"Nadie debe ser discriminado por su fe. Las manifestaciones abiertas de hostilidad hacia David y otros cristianos extranjeros que ahora presenciamos en Turquía son un intento deliberado de reprimir la difusión del cristianismo y representan un ataque a la libertad religiosa", dijo Lidia Rieder, oficial legal de ADF International.
El trabajo misionero de David, aunque legal según la Convención Europea y las leyes nacionales turcas, está en el centro de la decisión de las autoridades de deportarlo y expulsarlo del territorio del país. Es una violación grave utilizar las leyes de inmigración como un instrumento para interferir con el derecho fundamental de una persona a manifestar sus creencias religiosas ".
La decisión de Byle y ADF de llevar este caso al Tribunal Europeo de Derechos Humanos ofrece esperanza para otros cristianos excluidos que viven en Turquía y, con suerte, establecerá un nuevo estándar.
"Todo el mundo tiene derecho a elegir su religión y a expresarla en público y en privado. Ser obligado a abandonar repentinamente el país al que ha llamado hogar durante dos décadas simplemente por lo que cree que es materia de pesadillas", dijo Robert Clarke, subdirector de ADF International.
"Al ratificar la Convención Europea de Derechos Humanos, Turquía acordó proteger el derecho a la libertad religiosa. Esperamos que la Corte aproveche la oportunidad para escuchar el caso de David Byle y pedir cuentas a Turquía".
Turquía ocupó el puesto 25 en la Lista Mundial de Vigilancia 2021 de Open Doors de países donde los cristianos sufren la mayor persecución.