Las redes sociales están teniendo un gran impacto en millones de personas. Ellas inundan nuestra vista con gran cantidad de imágenes para bien o para mal. En China, algunos expertos en salud argumentan que la tecnología está teniendo un efecto negativo entre los llamados millenials.

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Si usted le pregunta a alguna joven china qué es lo más importante para ella, su respuesta puede ser “llegar a ser una modelo”.

El matrimonio y una carrera profesional no son una atracción para ellas.

Tener el cuerpo y peso perfectos es el sueño de gran cantidad de jóvenes en China.

“Todos saben la verdad, la belleza interior es lo más importante, sin embargo, la mayoría cree que las mujeres bellas son aún más populares”, dice Zhao Xin.

Los concursos de pérdida de peso en las redes sociales chinas motivan a las chicas a prestar mucha atención a su peso. El concurso requiere que ellas usen una hoja de papel, como una forma de medir el exceso de grasa corporal.

“Siempre presto atención a mi peso. Es lo más importante para mí. Estar a dieta ha sido mi elección preferida para evitar ganar peso extra”, indica Liu Yi.

Muchas de ellas están en dieta para atraer o mantener a sus novios por temor a que ellos las comparen con chicas más delgadas.

El doctor Sun Liang Strongly, un cristiano experto en salud, se opone a este tipo de comportamiento. Asegura estar preocupado por las posibles repercusiones para la salud, como la anorexia y otros desórdenes alimenticios.

“No suelo decirle a mis estudiantes y amigos que pierdan peso, a menos que tengan que hacerlo. Como experto en salud, siempre les motivo a que se amen como son. Perder peso es bueno, pero necesitamos consumir proteínas para ser saludables”, precisa Liang.

Japón fue el primer país asiático en reportar un incremento en los desórdenes alimenticios entre los millenials. China es ahora el país más reciente en notificar este tipo de problemas.

Un estudio del 2009 encontró que los desórdenes alimenticios se dan mayormente en países asiáticos. Con el uso de laxantes como el método más habitual para lograrlo. La práctica se está extendiendo entre las mujeres universitarias, con el 43 de ellas bajo el riesgo de sufrir algún trastorno.

“No es que no quiera comer; es más acerca de lo que consumo y cómo mantener mi forma ideal. La lucha es real y dolorosa”, dice una joven china.

“Entre cristianos, algunas de nuestras hermanas en la iglesia están sufriendo el mismo problema. Necesitamos recordar las palabras de Dios. Nuestro cuerpo es un templo sagrado. Debemos honrar el templo para apreciar nuestros cuerpos”, dice Liang.

Por un lado, este debate podría mantenerse por más tiempo, y, por otra parte, más mujeres chinas creen que la sociedad no debe presionar a nadie para que cambie su cuerpo.

La buena noticia es que más expertos en salud educarán a más millenials sobre este asunto.

“Invitaré a más expertos de salud cristianos para que se unan a esta misión. Debemos vernos a nosotros mismos de forma en que Dios nos ve. Somos perfectos hecho a su imagen. Todas las mujeres son bellas y formidables”, concluye Liang.

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