El actor Kelsey Grammer, más conocido por su participación en la película Transformers: La era de la extinción, no es ajeno a la muerte. Él dice que es la razón por la que se volvió a las drogas y el alcohol para hacer frente a su vida.

Cuando tenía apenas 13 años, el padre de Grammer fue asesinado en una invasión en su casa. Años después su hermana fue violada y asesinada. Después de eso, sus dos medio hermanos murieron en un extraño accidente de buceo en las Islas Vírgenes.

"Es un dolor que siempre se puede volver a sentir de nuevo, está con usted 24/7, especialmente en el caso de la muerte trágica, y ha habido algunos de ellos. Es sólo parte de la vida", dijo en una entrevista.

Debido a no tratar su dolor como debía, Grammer se volvió adicto a las drogas y al alcohol hasta que eso provocó que fuera arrestado por conducir ebrio. Fue entonces cuando decidió recuperar la sobriedad.

Ahora, el actor de 62 años puede disfrutar de una bebida sin temor a la adicción. Él dice que es todo gracias a Jesús y que quiere ser más como Jesús todos los días.

"Como cristianos, siempre fallamos porque no podemos llegar a ser como Cristo", dijo. "Pero podemos tratar de serlo, al menos, emular las mejores cualidades, aunque sea un poco".