Corte Suprema de EEUU revisará el caso de pastelero cristiano que se negó hacer pastel gay

Corte Suprema de EEUU revisará el caso de pastelero cristiano que se negó hacer pastel gay

06-27-2017

La Corte Suprema de Estados Unidos juzgará el caso de Jack Philips, un pastelero de Colorado que se negó a hacer un pastel de bodas para una pareja del mismo sexo a causa de sus creencias religiosas.

Jack Phillips, de la tienda Masterpiece Cakeshop en Lakewood se negó a hacer un pastel de bodas de una pareja del mismo sexo en 2012.

Phillips relata que él le dijo a la pareja que su fe no le permitía hornear un pastel de bodas, sino que les podía hornear cualquier otro producto que desearan.

La pareja presentó una denuncia ante la Comisión de Derechos Civiles de Colorado.

Un juez de la comisión dictaminó que Phillips discriminó a la pareja y le ordenó cambiar su política de la tienda o enfrentaría multas que van desde $50 a $500 y que debía "re-educar" a sus empleados.

Phillips apeló esas ordenanzas ante la Corte de Apelaciones de Colorado.

Sin embargo, el tribunal dijo que Phillips no puede citar sus creencias religiosas como justificación para negarse a prestar sus servicios a parejas homosexuales porque conduciría a la discriminación.

Ahora, Phillips ha logrado llevar su caso ante la Corte Suprema.

Muchos creen que, si este máximo órgano judicial de Estados Unidos falla a favor de Phillips, podría ser un éxito para el pastelero y para muchos otros dueños de negocios con casos similares.

Su entrada en la Corte Suprema representa “una importante victoria para la libertad religiosa”, reaccionó el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer.

En su escrito al alto tribunal, al que tuvo acceso The New York Times, los abogados de Phillips defienden que la fe del pastelero le requiere que use sus habilidades artísticas -él se considera un artista pastelero- “para promocionar solo los mensajes de acuerdo con sus creencias”, que también se niega a hacer tartas de Halloween o que promocionan el racismo o el ateísmo y que además la pareja podría haber encontrado otra tarta sin ningún problema en otra pastelería. La respuesta de los abogados de la pareja gay fue que esa posibilidad sería como decir que en los años de la segregación racial “los clientes afroamericanos podían comer en otro restaurante”.