Hoy entra a regir en Estados Unidos el recorte más grande de apoyo estatal a las clínicas de abortos, Planned Parenthood. En total se dejarán de percibir hasta 60 millones de dólares.

La administración Trump decidió en el mes de marzo aplicar de forma estricta el reparto de fondos del llamado título X, destinados a cubrir determinadas atenciones sanitarias a personas con bajos ingresos.

Estos fondos no incluyen el aborto, sin embargo, Planned Parenthood, ha tomado partida de hasta 60 millones de dólares, por año.

De los 4.000 centros que reciben fondos provenientes del Título X, unos 400 forman parte de la red de establecimientos de Planned Parenthood.

Planned Parenthood hizo un último esfuerzo para lograr que el Noveno Circuito detuviera las reglas pro vida, lo que se rechazó el viernes. Un panel de tres jueces y un panel de 11 jueces ya han dicho que las reglas pueden entrar en vigencia mientras la administración apela las sentencias de los tribunales inferiores que las bloquearon. Los argumentos orales son el próximo mes.

El gigante del aborto solicitó una suspensión contra las nuevas reglas pro-vida de la administración Trump en una carta al Tribunal de Apelaciones de los Estados Unidos para el Noveno Circuito. Su CEO afirmó falsamente que el desembolso significa que las mujeres no recibirán atención médica legítima, pero el desembolso simplemente significa que Planned Parenthood no obtendrá fondos federales porque no detendrá los abortos.

En mayo pasado, la administración Trump publicó una nueva propuesta para el Título X que prohibiría que Planned Parenthood y otros negocios de aborto reciban cualquiera de esos dólares de impuestos a menos que separen por completo sus negocios de aborto de sus servicios financiados por los contribuyentes.

Eso significa alojar sus servicios de planificación familiar en edificios separados con personal separado de sus negocios de aborto y una denegación de fondos si no lo hacen. No se espera que la mayoría de las entidades de Planned Parenthood cumplan.