Los palestinos oran durante el sagrado mes islámico del Ramadán frente al santuario de la Cúpula de la Roca en Jerusalén, el viernes 8 de abril de 2022. (AP Photo/Mahmoud Illean)

JERUSALÉN, Israel - Las autoridades de seguridad están enviando más policías y soldados a Judea y Samaria (Cisjordania) y a Jerusalén antes de la festividad del Ramadán, que comienza el miércoles y el jueves.

Los recientes atentados terroristas en Judea y Samaria ya han elevado las tensiones, y la presencia policial será notablemente mayor en torno a la hora de las oraciones del viernes en las mezquitas de la Ciudad Vieja de Jerusalén.

Este año, el Ramadán, la Pascua judía y la Semana Santa convergen a principios de abril, y la policía afirma que se espera que cientos de miles más de musulmanes, judíos y cristianos visiten Jerusalén y sus alrededores, lo que significa una mayor actividad en los puestos de control y en las calles y carreteras.

Los responsables de seguridad afirman que, durante todo el Ramadán, que finaliza el 21 de abril, recopilarán información y vigilarán posibles incitaciones y amenazas de violencia desde las sedes de "concienciación policial" situadas en distintos lugares.

El Jerusalem Post informa de que la policía lleva varias semanas practicando detenciones "preventivas" en los casos en que los informes de inteligencia indican una elevada amenaza de violencia. También han lanzado una advertencia a "quienes intentan aprovechar las fiestas para difundir incitaciones en las redes sociales, falsos rumores y desinformación, en particular en relación con los lugares santos".

El ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir, también emitió una directiva dirigida a la policía de las ciudades con población mixta judeo-árabe.

La directiva dirigida al Comisario de Policía Yaakov Shabtai iba dirigida a ciudades como Lod, en el centro de Israel, donde estalló la violencia en disturbios antijudíos en 2021. Ben-Gvir escribió que una mayor presencia de agentes "permitirá una respuesta inmediata a los acontecimientos previstos, proporcionando seguridad y una sensación de seguridad a los ciudadanos de estas ciudades, tanto judíos como árabes".

Las fuerzas del orden prometieron actuar "sin concesiones contra los alborotadores y quienes infrinjan la ley, dañen o intenten dañar a quienes oran y celebran, o aprovechen las fiestas para dañar a civiles o a las fuerzas de seguridad".