En Costa Rica, gran cantidad de creyentes se congregaron para manifestarse en contra de las guías de educación sexual del Ministerio de Educación Pública y para pronunciarse a favor de la vida y la familia.

La manifestación fue pacífica y sin mensajes de odio. Hombres, mujeres y niños se hicieron presentes para celebrar al núcleo familiar del modelo bíblico.

Los participantes vistieron ropas de color blanco… mientras hacían un llamado por una sociedad con valores morales y cristianos.

Esta marcha fue convocada por la Iglesia Católica y respaldada por la Alianza Evangélica Costarricense.

El padre Sergio Valverde, de las Obras del Espíritu Santo, asegura que se demostró una vez más que Costa Rica es un país de principios cristianos.

“Nos llena de alegría ver más de un millón de personas, haber venido a San José a decirle sí a la vida, en paz y tranquilidad. Miré, ni amagos de violencia, ni nada, sin maltratar, sin humillar, sin discriminar a nadie”, indica Valverde.

También lo hicieron para recordar la importancia de que la educación sexual de los hijos recaiga sobre los padres de familia y no en manos del Ministerio de Educación Pública.

“Hoy hemos demostrado que Costa Rica es un país creyente, un país que pide hoy de manera especial, con cariño y respeto a los tres poderes de la República, que vea lo que dice el pueblo, que vean lo que pide el pueblo, a nosotros no nos gusta que nos impongan, nos gusta que nos respeten”, precisa Valverde.

El candidato presidencial, Rodolfo Piza, aseguró que se debe respetar el derecho de los padres a educar a sus hijos de acuerdo con los valores morales y religiosos.           

Por su parte, el aspirante presidencial evangélico Fabricio Alvarado, indicó que esta marcha refleja el deseo de la mayoría.  

“Estamos completamente preparados para empezar a marchar y decirle al Gobierno, y decirle a todo el país que Costa Rica es un país Provida y Profamilia”, precisó Alvarado.

También participaron otros candidatos cristianos como Mario Redondo y la periodista y escritora Stephanie Campos.

La marcha provocó diversas reacciones por parte de activistas LGBTI, quienes acusan a los cristianos de celebrar una marcha de odio e intolerancia a través de diversos editoriales publicados en importantes medios locales.