Casi una docena de candidatos se presentan a las elecciones presidenciales de Brasil, pero sólo dos tienen posibilidades de llegar a la segunda vuelta: el expresidente Luiz Inacio Lula da Silva y el actual mandatario Jair Bolsonaro. (AP Photo/Eraldo Peres)

Las urnas electrónicas fueron distribuidas y acompañadas a los centros de votación en todo Brasil el sábado, antes de las tan esperadas elecciones generales de este 2 de octubre de la cuarta democracia más grande del mundo.

Más de 150 millones de brasileños asisten a la primera vuelta de unas elecciones decisivas. Elegirán presidente, senador, gobernador y legisladores estatales y federales. El voto en Brasil es obligatorio entre los 18 y los 70 años.

En total 11 candidatos disputan la presidencia, sin embargo, los principales aspirantes, según las encuestas, son el conservador y actual presidente, Jair Bolsonaro de 67 años, quien busca la reelección, y el izquierdista Lula da Silva de 76, expresidente entre 2003 y 2011.

Los evangélicos ayudaron a llevar al presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, al poder en 2018, y él procedió a seleccionar a miembros de sus iglesias para ministerios importantes y luego cumplió su promesa de nombrar a un juez evangélico para la Corte Suprema.

Los últimos sondeos de opinión han dado a da Silva una ventaja dominante - la última encuesta de Datafolha publicada el sábado encontró que el 50% de los encuestados que tienen la intención de votar por un candidato dijo que votaría por da Silva, frente al 36% de Bolsonaro. El instituto encuestador entrevistó a 12.800 personas, con un margen de error de más o menos dos puntos porcentuales.

Los auto declarados evangélicos representan casi un tercio de la población brasileña, más del doble que hace dos décadas, según el demógrafo José Eustáquio Diniz Alves, antiguo investigador de la Escuela Nacional de Ciencias Estadísticas, proyecta que se acercarán al 40% en 2032, superando a los católicos.

Desde mayo, sin embargo, varias encuestas han encontrado que muchos evangélicos migraron de da Silva a Bolsonaro, un cambio atribuido a la campaña del titular para retratar a Brasil como espiritualmente enfermo y argumentar que sólo él puede salvaguardar la fe cristiana.

En cuanto a las elecciones, los brasileños emitirán su voto en máquinas electrónicas, un sistema que opera hace más de 20 años y que ha sido protagonista de las afirmaciones de Bolsonaro de que existe el riesgo de que se amañe la elección.

Por su parte las autoridades de Río y de la capital, Brasilia, dijeron que se habían puesto en marcha planes para garantizar que los brasileños pudieran votar con tranquilidad y seguridad, con miles de fuerzas de seguridad desplegadas en las calles de algunas capitales para garantizar la paz.

Los centros de votación se abren por un periodo de 9 horas, entre las 8:00 am y las 17:00 horas, conforme al horario de Brasilia, la capital federal. En la actualidad, los resultados de las elecciones se presentan pocas horas después del cierre de las urnas y nunca se ha detectado ningún fraude significativo.

Si un candidato logra el 50% de los votos válidos obtendrá el triunfo sin recurrir a una segunda vuelta, fijada para el domingo 30.