Funcionarios chinos de la provincia de Zhejiang han dado la orden de cerrar las escuelas dominicales y evitar que las iglesias cristianas celebren eventos durante los meses de verano.

“Durante mucho tiempo, a los adolescentes y estudiantes no se les ha permitido participar en actividades religiosas”, dijo un cristiano local de apellido Zhang.

Algo similar ha ocurrido en la provincia de Henan, donde no se les ha permitido a estas iglesias cristianas celebrar campamentos juveniles este verano.

Las autoridades apelaron a “las altas temperaturas” para impedir la celebración de los campamentos. Una “medida inusual”, según un cristiano de la zona, ya que estos campamentos se han permitido en ocasiones anteriores.

Según informa la entidad de defensa de los cristianos perseguidos China Aid, se trata de una medida de presión hacia las casas-iglesias, que cuentan con unos 20.000 miembros en Henan y está bajo la lupa de las autoridades.

Para procurar establecer un mayor control sobre estas iglesias, la oficina de asuntos religiosos les está presionando para que se unan a las iglesias oficiales. Algo que desde estas casas-iglesias rechazan debido a diferencias teológicas y a la censura gubernamental que pretende esta medida. 

La escalada de represión también ha llegado a los estudiantes extranjeros, a quienes se prohíbe participar de cualquier actividad religiosa en el contexto de la universidad. En cambio, se les obliga a tomar cursos sobre teoría política, ley, cultura y costumbres chinas. 

Las escuelas en China están obligadas a respetar las costumbres y creencias religiosas de los estudiantes extranjeros, pero no se les proporciona ningún lugar para actividades religiosas.
 

Persecución en China

“Durante el tiempo de Jiang Zemin y Hu Jintao, el gobierno fue tolerante hacia la predicación y el trabajo misionero. Después de que Xi Jinping llegase al poder, el control del gobierno sobre la religión se ha fortalecido”, dijo Zhang a China Aid.

Cientos de pastores y activistas cristianos han sido detenidos en China en los últimos años por protestar contra la demolición forzada de iglesias. El gobierno ateísta de China ha calificado las reuniones cristianas como un riesgo para la seguridad nacional.

Según un informe publicado por la Casa de la Libertad en marzo, hasta 100 millones de personas, incluyendo a los cristianos protestantes, se enfrentan a niveles “altos” o “muy altos” de persecución a manos del Partido Comunista Chino.