Desde el pasado viernes Alemania es ya el vigésimo cuarto país en dar al matrimonio homosexual la misma consideración que al matrimonio entre hombre y mujer.

Entre las figuras políticas que mostraron su disconformidad con la decisión estaba la canciller alemana, Angela Merkel, que explicó el sentido negativo de su voto apelando a la Constitución y a sus valores.   

Las iglesias evangélicas, por su parte, no han sido ajenas al debate social. De hecho, este aspecto ha supuesto un choque entre los protestantes del país.

Así, la Iglesia Evangélica de Alemania (EKD) ha aprobado la ordenación de ministros homosexuales. Además de esta iglesia estatal, muchas iglesias luteranas, unidas y reformadas han estado apoyando las uniones del mismo sexo desde 2013.

Con la legalización de los matrimonios homosexuales, “una larga historia de discriminación llega a su fin”, dijo el presidente de la EKD en Hessen y Nassau, Volker Jung. Otros muchos pastores protestantes expresaron puntos de vista similares.

Una posición totalmente diferente tiene la Alianza Evangélica Alemana que representa denominaciones teológicamente evangélicas, incluyendo a pentecostales, bautistas y otros.

Los conceptos de "familia" y "matrimonio" han perdido su significado en la iglesia estatal protestante, dijo el Secretario General de la Alianza. En respuestas a la agencia de noticias Idea, Hartmut Steeb describió la posición doctrinal de la EKD en esta área como una “catástrofe”.

“Esperamos que el EKD deje de cortar la rama del árbol en que se sienta”, dijo el representante evangélico refiriéndose a la Biblia.

Otros pastores evangélicos dijeron que los protestantes alemanes han estado tomando decisiones “contra la Biblia” durante mucho tiempo, y describieron la aprobación del matrimonio homosexual en Alemania como “una clara señal de que los valores cristianos han desaparecido en la política”.

En Francia, el tema del matrimonio homosexual llevó a un conflicto entre la CNEF, conformada por iglesias evangélicas Bautistas, Pentecostales o de Hermanos entre otros que están en contra del matrimonio homosexual, y la Iglesia Protestante Unida de Francia, que en 2015 decidió bendecir parejas homosexuales.