La Casa Blanca ha dado al secretario de Defensa, James Mattis, seis meses para restablecer la prohibición de los transgéneros que sirven en el ejército.

El gobierno de Obama levantó la prohibición en 2016, pero el presidente Trump anunció en julio que será restablecido.

"Nuestro ejército debe concentrarse en la victoria decisiva y abrumadora y no puede ser agobiado por los tremendos costos médicos y la interrupción que implicarían los transgéneros en el ejército. Gracias", tuiteó Trump en julio.

Según el Wall Street Journal, un memorándum de la Casa Blanca le indica a Mattis que establezca directrices para determinar si una persona trans se puede servir en una zona de guerra, participar en ejercicios militares o servir en un barco durante meses a la vez.

Estas directrices se utilizarán para determinar si una persona transgénero debe ser expulsada del ejército.

El memorándum también le dice al Pentágono que no permita que más transgéneros se unan al ejército, y deje de gastar dinero en tratamientos médicos para transgéneros que ya están en el servicio.

Los defensores de los LGBTQ dicen que los transgéneros no son menos capaces de desplegarse que otros miembros militares.

Pero los partidarios de la política dicen que el enfoque de los militares debe ser ganar guerras, y la perturbación y los costos médicos de permitir que los transgéneros sirvan resta valor a esa misión.