Jóvenes pintores cubanos toman los muros de la ciudad de La Habana para embellecerla y dejar plasmado un mensaje de esperanza.

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La Habana, como otras grandes urbes, requiere de cuidados urbanísticos con los que a veces las autoridades locales no son capaces de cumplir. Ante esa realidad un grupo de jóvenes artistas de la plástica encontró el modo de crecer creativamente e influir con un mensaje positivo para sus conciudadanos.

“"Cada uno tiene un pedazo de esta pared para hacer una imagen diferente, pero con un mismo sentido. Los tres cielos se van a complementar en uno solo, unido por un solo texto"”, dice Rafael Díaz, artista de la plástica.

“Lo que queremos es que el Espíritu Santo ministre las vidas más que nosotros”, indica Roberto Molina, artista de la plástica.

“Para que no simplemente sean la música o el teatro, sino también poner las artes plásticas en función de esto. No quisimos hacer una sola pintura, sino complementar tres identificaciones artísticas”, continúa Días. “Las personas preguntan qué es lo que se va a hacer acá. Tenían la duda porque antiguamente en la pared había algo con lo que no se sentían identificados”.

“Y esto es algo sumamente diferente. Esta es la Palabra de Dios captada en una imagen”, dice Alejandro Rubiera, artista de la plástica.

“"Ha gustado más la iniciativa porque es algo bonito, agradable”", comenta Díaz.

“"Y entonces nos preguntan por qué hacemos esto, y es cuando les decimos: esto es un mensaje para ti y para todas estas personas que están mirando. Es un mensaje de paz”", expresa Rubiera.

"“El objetivo de esta pintura es que las personas puedan ser ministradas, que al verla encuentren que hay una esperanza, una solución a sus problemas; que no importa que las nubes estén, siempre las nubes van a permanecer"”, indica Molina.

Los recursos necesarios para esta clase de intervenciones artísticas salen del bolsillo de los propios creadores. Aun así, aseguran que les interesa expandir experiencias como la materializada en estas paredes, frente a la céntrica avenida 41, al oeste de la ciudad. Una iniciativa que los habaneros ven con buenos ojos.

“"Es algo bien bonito, que al barrio le hace falta porque esa pared estaba bastante sucia y en malas condiciones. Pero aparte, esta es la avenida y le da una imagen diferente al barrio. Lo veo muy bonito y muy alegre"”, comenta una vecina.

“"A mí me parece bueno, y si nadie les prohíbe, ¡que se manden!”", dice un vecino.

“"Me parece un paso superior, gigantesco, porque salimos del marco de la Iglesia o de un cuadro. Estamos haciendo esto en una gran pared en la ciudad. Y para mí es un placer trabajar para mi Padre que está en los cielos”", comenta Rubiera.

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