Autoridades gubernamentales derribaron un templo evangélico en Sudán del Sur, pocas horas después de que la congregación realizará su servicio religioso el domingo pasado.
Los líderes de la pequeña iglesia evangélica en Al Haj Yousif dijeron que los policías llegaron en tres camiones, junto con una excavadora, sin previo aviso. Según ellos, la policía tomó sillas, mesas y Biblias de la congregación.
"Se llevaron todo de la iglesia", dijo un líder de la iglesia al medio Morning Star News.
Los funcionarios dijeron a los líderes de la iglesia que estaban derribando el edificio porque la adoración causaba disturbios. Sin embargo, los creyentes dijeron que el gobierno quiere entregar la propiedad a un negocio musulmán local.
La iglesia dice que ha sido dueña de la propiedad desde 1989, pero el negocio musulmán local ha falsificado documentos en un esfuerzo por probar que el terreno es suyo.
Esta no es la primera vez que el gobierno destruye iglesias en el país. La persecución cristiana se ha intensificado desde la sucesión de Sudán del Sur en julio de 2011. El presidente Omar al-Bashir dijo que adoptaría una ley más estricta que la Sharia en el país predominantemente musulmán, por lo que es más peligroso para la minoría cristiana del país.
Morning Star News ha documentado la destrucción de iglesias por el gobierno sudanés. Desde 2012, Sudán ha destruido y saqueado iglesias cristianas con el pretexto de que pertenecen a la población musulmana.
El gobierno demolió una iglesia en Omdurman el 17 de febrero de 2014, según fuentes de la zona. Más tarde ese año, las fuerzas sudanesas colocaron un candado en una iglesia pentecostal en Jartum.
El Departamento de Estado de los Estados Unidos ha designado a Sudán como un país de especial preocupación desde 1999. Una de las principales razones se debe a su implacable persecución de los cristianos.
La organización de vigilancia de persecución Puertas Abiertas coloca a Sudán en la posición número 4 en su Lista de Vigilancia Mundial, que clasifica los 50 principales países donde se produce la persecución cristiana.