La administración Trump se para firme en la lucha de la libertad religiosa en el mundo. El secretario de estado comunicó las malas calificaciones de un número de países, como China y el aliado estadounidense, Arabia Saudita.
El secretario de Estado, Rex Tillerson, nombró a ISIS como una de las amenazas más grandes a la libertad religiosa del mundo. Añade que el grupo es responsable de genocidio contra los musulmanes chiitas, los yazidíes y los cristianos.
“Sus miembros terroristas han atacado múltiples religiones y grupos étnicos con violación, secuestro, esclavitud e incluso, muerte”, indica Rex Tillerson, secretario de Estado de EE.UU.
Tillerson dice que el departamento de Estado seguirá ayudando a quienes buscan vivir sus vidas según su fe.
“Nadie debería vivir en temor, adorar atemorizado o enfrentar discriminación por sus creencias. Como dice el presidente Trump, esperamos el día que ‘personas de todas las creencias, cristianos y musulmanes, judíos e hindúes puedan seguir su corazón y adorar según su consciencia’”, precisa Tillerson.
El reporte, revelado, muestra el estado de la libertad religiosa en 199 países y describe lo que Estados Unidos hace para apoyar esos derechos.
Hay varios “países de preocupación particular”, como China, Irán, Corea del Norte y Arabia Saudita.
China es citada por mantener un abuso físico, detenciones, tortura y prisión a cristianos y otras minorías religiosas.
Tillerson señaló a irán por perseguir a los cristianos y a otros, además, por tener leyes que niegan a su gente la libertad religiosa.
“Veinte individuos fueron ejecutados en 2016 por cargos que incluían ‘violenta guerra contra Dios’. Miembros de la comunidad Bahá’i están encarcelados hoy debido a sus creencias”, comenta Tillerson.
En Arabia Saudita, el gobierno no reconoce los derechos de los no-musulmanes para practicar su religión en público.
Y Corea del Norte, catalogado como el país más represivo para los cristianos por parte de la organización Open Doors International. Tillerson dice que allí, el gobierno aún castiga a quienes practican su fe con ejecuciones, torturas y otros abusos.
El departamento de Estado comenzó a publicar este informe anual desde que la ley internacional de libertad religiosa de 1998 fue enmendada bajo la presidencia de Clinton, con el fin de evaluar y proteger la libertad de religión como política exterior.