Este país ha adaptado algunas de las costumbres internacionales. Por ejemplo, Papá Noel, el popular personaje de espesa barba blanca y que viste de rojo, no llega en un trineo, ni mucho menos entra por chimeneas. Papá Noel se las ingenia e ingresa a pie y también en barco.

Los nacimientos son otro elemento característico de esta celebración. Son muy variadas las representaciones del pesebre, del niño Jesús, María y José. Hay tradicionales, minimalistas, grandes y extra pequeñas. Pero sin importar sus características, para los ecuatorianos, todos significan lo mismo: el nacimiento de la esperanza.

 “Realmente para mí, la Navidad es recordar que Dios está con nosotros. Y disfrutar siempre a la familia y a la gente que nos quiere. Es un proceso, de algunos días, armar Navidad. Es guardar todas las decoraciones habituales y sacar todo lo navideño. Pero, realmente, creo que el resultado es muy lindo. La casa es muy navideña”, indica la periodista María Cecilia Moreno.

Otro aspecto importante es la comida. Forma parte de la tradición local consumir pavo, arroz navideño y relleno, un acompañante tradicional hecho a base de vino, frutos secos, carnes y otros ingredientes. Cada casa tiene su receta especial.

El chocolate también se lo disfruta con la familia.

En esta época, armoniosas voces se unen para adorar a Dios. Cánticos que expresan amor, fe y agradecimiento. Estos grupos se preparan con anticipación para llevar el mensaje de la Navidad a través de clásicos que sensibilizan los corazones.

 “Yo creo que Dios nos regaló la música precisamente para poder unir los corazones a través de un lenguaje que no necesariamente necesita palabras para poderlo sentir y disfrutar”, comenta Noreia Muecay Carlier, quien es músico.

Ya conocimos algunas de las tradiciones de Ecuador para cada Navidad, pero, ¿qué significa esta fecha para su gente? Decidimos salir a las calles para averiguarlo.

“La Navidad, para mi es familia. Es entrega. Es amor. Realmente valorar lo que tenemos y agradecer por todo lo que recibimos”, dice una residente.

“Conmemoramos el nacimiento de Jesús – la venida de un Rey – ¡Claro, el Rey celestial!”, dice otra residente.

“Recordar que es el nacimiento del Niño Dios. Es más que nada un día para estar en reflexión, en paz y en armonía con la familia”, concuerda otra residente.

Sin importar de qué manera se celebre, lo primordial es recordar el nacimiento de una luz para la humanidad, la llegada de aquel rey que cambiaría la historia y la vida de muchos para siempre.