Niños y jóvenes deben ver el mover del Espíritu para que el avivamiento se mantenga

Niños y jóvenes deben ver el mover del Espíritu para que el avivamiento se mantenga

08-22-2017

Ellos son reconocidos por dirigir el avivamiento más grande de América Latina, y con sus enseñanzas están impactando al mundo entero. Se trata de los pastores Ricardo y Patricia Rodríguez del Centro Mundial de Avivamiento de Colombia, quienes están a punto de lanzar su nuevo libro titulado “Trae mi Presencia”.  Ambos hablaron en exclusiva con Mundo Cristiano sobre cuál debe ser la actitud de la Iglesia en estos tiempos para que esto llegue a ser una realidad.

“Bueno, yo pienso que es una apertura total del corazón al Espíritu de Dios. O sea, responder a la pregunta, si él es Dios, y cuando Jesús lo dejó con nosotros, lo dejó al frente, porque dijo: es uno igual a mí… Y Él les guiará, o sea, el nuevo líder. Si una iglesia quiere tener la presencia de Dios en sus servicios debe haber un nuevo pastor, un nuevo líder y es el Espíritu Santo”, dijo el pastor Ricardo Rodríguez.

Algo que distingue al Centro Mundial de Avivamiento es la gran devoción que los niños y los jóvenes tienen a Dios, ellos explican cómo lo han logrado.

Realmente, partió cuando la iglesia era pequeña y yo quería poner un pastor de jóvenes y el Señor me dijo: tú eres el pastor. Y yo no hice reunión de jóvenes en obediencia a lo que el Señor me dijo, y lo que hicimos con Patty fue ocuparnos de las familias dentro de la congregación. Y al comienzo nos costó, porque los poquitos jóvenes que había se fueron de la iglesia. Se fueron porque no había reunión de jóvenes. Pero Dios se encargó de traer familias y empezaron a crecer estos niños de las familias, y hoy es la iglesia con más jóvenes en todo el continente. Son miles y miles de jóvenes en nuestros servicios, pero viene de esa dirección del Espíritu. Yo creo que Dios quiere que pastoreemos familias. Que no las descuarticemos: papás, mamás, los jóvenes, los niños, sino que Él quiere pastorear a las familias”, precisa el pastor Ricardo.

“No queremos sentar como que si esto fuera doctrina, ni más faltaba. Lo que pasa es que es un modelo que el Espíritu Santo nos dio. Y es asombroso que cuando no hay una reunión especial, ni para los jóvenes, ni para los niños, que tenemos una cantidad enorme, gigantesca de jóvenes. En estos días, por ejemplo, Ricardo tuvo el sentir de ministrar a los jóvenes, como de los 13 para arriba, y luego a los teenagers, o sea, a los que son los junior. Y fue impresionante, la iglesia llena, la gente haciendo fila para entrar alrededor del auditorio que es muy grande, y tiene espacio, no tienen porque hacer fila, pero estaban desesperados por entrar. Y fue maravilloso hasta para nosotros mismos. Yo le decía: ajá, estaban disfrazados de abuelitos, pero si hay muchos jóvenes en la iglesia. Y luego a los ocho días la reunión para los teenagers, otra vez repleta, pero que no cabía la gente. De manera que lo que entendimos fue que el Espíritu Santo oportunamente nos dijo qué hacer con nuestros jóvenes y qué hacer con nuestros niños. Y parte de lo que hemos entendido también, es que hay que mostrarles a un Dios y hablarle un idioma para ellos. Allá el servicio desde un abuelito, hasta un niño, que a partir de los ocho años están abajo, solamente de cero a siete años están en su iglesia infantil, reciben la Palabra, son edificados. Y la adoración que tu viste, que nos estabas diciendo hace unos momentos, pues es algo que el Espíritu Santo ha puesto en la iglesia. No sé si te diste cuenta, la gente sale llorando, la gente nueva, dice: oiga, aquí pasa algo que uno los ve a todos metidos, embebidos, unos llorando, otros felices y como hacen, lo hace el Espíritu Santo. De verdad es su presencia”, añade la pastora Patricia.

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