Un ministerio en Costa Rica está haciendo un llamado para que la comunidad de fe y la sociedad en general, realice mayores esfuerzos para detener la agresión infantil. Se trata del Hogar Cristianos Unidos por el Niño Agredido (Hogar C.U.N.A).
La organización ha trabajado por más de 30 años brindando atención y cuido a más de 600 pequeños a lo largo del tiempo. Menores que llegan al centro como víctimas de maltrato físico, psicológico y del abandono por parte de sus padres.
Para lograr esto, el Hogar CUNA trabaja en conjunto con el Hospital Nacional de Niños (HNN) y con el Patronato Nacional de la Infancia (PANI).
Ruth Picado, presidenta de la Asociación de Bienestar de la Iglesia Centro Evangelístico, congregación fundadora del Hogar CUNA, asegura que “necesitamos levantarnos y como ciudadanos hacer consciencia que el mayor tesoro que tenemos son nuestros niños”.
Este país de Centro América cuenta con una población de 1.3 millones niños y adolescentes.
Según datos del HNN, en 2016, la organización recibió 2686 casos de niños atendidos por protocolo por abuso físico, y en lo que va del 2017, 1889 casos.
En cuanto a asuntos de abuso sexual en 2016 se estudiaron 2440 hechos y en el transcurso del 2017 la cifra llega a los 1516.
Jalila Meza, del PANI, indica que una buena parte de la población ve con buenos ojos el castigo físico. “Aun un 45% en este país considera que el castigo físico es la forma de corrección y por ahí es donde debemos sopesar en trabajar esos patrones de crianza, que son los que llevan muchas veces a la intensidad del maltrato”.
Picado asegura que, como cristianos, las personas se han acostumbrado al ambiente que los rodea, lo cual genera pocas acciones para contrarrestar situaciones negativas.
“Nos acostumbramos a ver la tragedia, a ver la desgracia y decimos: ‘¡Caramba! Señor haz algo, Señor haz algo’. Pero cuando vamos a Mateo 25 nos encontramos a un Jesús que dice que si le diste de comer, que si lo visitante cuando estaba en la cárcel. En realidad, Jesús vino y nos está diciendo tienen que hacer algo. Y nosotros como iglesia, desde que nacimos, nacimos con una necesidad de hacer algo, no solamente de predicar, sino mostrar dinámicamente un evangelio. Y lo hemos hecho y animamos a las iglesias para que de una u otra forma unan esfuerzos. Dar talleres, trabajar, unirse a grupos que están trabajando con personas en vulnerabilidad social. Porque es nuestra responsabilidad hacer algo por aquellos que están en necesidad”.
De acuerdo con datos de World Vision, cada año, 1000 millones de niños, niñas y adolescentes en todo el mundo son víctimas del abuso físico y psicológico.
Un sondeo elaborado por IPSOS para World Vision, en el que se consultó a más de 11 mil individuos de 28 naciones, se revela que el 69% de las personas tienen la percepción de que en los últimos cinco años la violencia contra la niñez ha aumentado.