Guatemala se convirtió en el segundo país en reconocer a Jerusalén como la capital de Israel. Líderes gubernamentales de la fe cristiana influenciaron esa decisión.
La disposición de Guatemala de mover su embajada de Tel Aviv a Jerusalén ocurrió después de mucha oración. Algo que demuestra que este país ha tenido una larga relación con el estado de Israel.
Después de que el mandatario guatemalteco recibió el premio Amigo de Sión, nuestro productor ejecutivo, Gary Lane, se sentó con el vice presidente, Jafeth Cabrera, para discutir la decisión de su gobierno de mover la embajada de Tel Aviv a Jerusalén.
“Muchos cristianos en Estados Unidos creen que el anuncio de la embajada está atrasado y es incluso profético. ¿Qué opina?”, preguntó Lane.
“Las profecías se están cumpliendo y de alguna manera Guatemala está contribuyendo a ello y esperamos que pronto sea una realidad”, contestó Cabrera.
El vice presidente Cabrera dice que oró sobre la decisión con su familia.
“Tuve la oportunidad de reunirme con la familia, y oramos, y pues, la familia ha sido uno de los actores fundamentales en mi vida para orar y tomar determinaciones”, indicó Cabrera.
Seguido de la entrevista de Lane con el vice presidente, él conversó con Mike Evans, el hombre detrás del premio Amigo de Sión.
Él está motivando a las naciones para que pasen sus embajadas de Tel Aviv a Jerusalén.
“¿Qué rol tuvo la oración y cuán importante fue eso en la decisión?”, preguntó Lane.
“Oh, el 100 por ciento ocurrió por el poder de la oración. Esto no comenzó en la oficina del presidente. Empezó en las iglesias. Las iglesias se movilizaron en Guatemala, empezaron a interceder y tocar el cielo sobre esto. Escuche, las iglesias son muy, muy poderosas en Guatemala. Son grandes, organizadas y los creyentes son muy, muy pro Israel. Entonces se unieron y esa ola de fe e intercesión llegó a la oficina presidencial, la del Ministro de Relaciones Exteriores y el vicepresidente y ellos dijeron: sí”, concluyó Evans.