OUAGADOUGOU, Burkina Faso (AP) - Hombres armados mataron a 24 civiles, incluido un pastor de la iglesia, y secuestraron a otros tres en Burkina Faso, dijo un funcionario. Fue el último ataque contra un líder religioso en la nación cada vez más inestable de África occidental.
El alcalde de la comuna de Boundore, Sihanri Osangola Brigadie, dijo que el ataque ocurrió en la ciudad de Pansi en la provincia de Yagha. Los aproximadamente 20 atacantes separaron a los hombres de las mujeres cercanas a una iglesia protestante. Al menos otras 18 personas resultaron heridas.
"Me dolió cuando vi a la gente", dijo Brigadie después de visitar a algunas de las víctimas en el hospital de la ciudad de Dori, a 180 kilómetros (110 millas) del ataque. Los hombres armados saquearon el petróleo y el arroz de las tiendas y obligaron a los tres jóvenes que secuestraron a ayudarlos a transportarlo en sus motocicletas, dijo.
Tanto cristianos como musulmanes fueron asesinados antes de que la iglesia fuera incendiada, dijo un funcionario de seguridad del gobierno en Dori que habló bajo condición de anonimato porque no estaban autorizados a hablar con los medios.
Los ataques han apuntado a líderes religiosos en el área en el pasado. La semana pasada, también en la provincia de Yagha, un pastor retirado fue asesinado y otro pastor fue secuestrado por hombres armados, según un informe de seguridad interna para trabajadores humanitarios visto por The Associated Press.
La violencia extremista se ha intensificado dramáticamente en Burkina Faso, una vez pacífica.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, condenó enérgicamente el ataque y pidió a los perpetradores de este ataque y otros que precedieron a rendirse ante la justicia, dijo el portavoz de la ONU, Stephane Dujarric.
El jefe de la ONU reiteró "el compromiso de las Naciones Unidas de apoyar a Burkina Faso en la lucha contra el extremismo violento y el logro de la paz y el desarrollo sostenibles", dijo Dujarric.
Los analistas están preocupados porque los ataques contra civiles, incluso contra cristianos, están aumentando "a un ritmo alarmante", dijo Corinne Dufka, directora de Human Rights Watch en África Occidental. "Los perpetradores usan los vínculos de las víctimas con el gobierno o su fe para justificar los asesinatos, mientras que otros parecen ser represalias por asesinatos cometidos por las fuerzas de seguridad del gobierno", dijo.
Más de 1.300 civiles murieron en ataques selectivos el año pasado en Burkina Faso, más de siete veces que el año anterior.
La inseguridad ha creado una crisis humanitaria. Según el gobierno, más de 760,000 personas están desplazadas internamente.