En esta fotografía proporcionada por los Cascos Blancos de Defensa Civil Siria, miembros de los Cascos Blancos sirios recogen los cuerpos de personas encontradas muertas tras una reciente ola de violencia entre las fuerzas de seguridad sirias y hombres armados leales al expresidente Bashar Assad, así como los posteriores ataques sectarios, en la ciudad costera de Baniyas, Siria, el domingo 9 de marzo de 2025. (Cascos Blancos de Defensa Civil Siria vía AP)
En medio de la escalada de violencia que sacude Siria, la comunidad cristiana enfrenta una vez más una de sus épocas más trágicas. Las recientes confrontaciones entre los seguidores del derrocado Bashar al-Assad y el nuevo gobierno liderado por Ahmad al-Sharaa han dejado a los cristianos atrapados en una espiral de muerte y persecución.
La brutalidad de los enfrentamientos ha generado una ola de asesinatos, ejecuciones sumarias y desplazamientos forzados, poniendo en riesgo la presencia histórica de los cristianos en la región.
Masacres y asesinatos indiscriminados
Según Asia News, decenas de cristianos han sido asesinados en ejecuciones sumarias. Entre las víctimas se encuentran el sacerdote ortodoxo griego Yohann Youssef Boutros, quien fue acribillado en Tartous, así como Fares Bassam Kawi, ejecutado en Latakia tras ser forzado a arrastrarse por el suelo. Una familia cristiana completa fue masacrada en Banias, mientras que en Dahr Safra, Tony Khoury fue asesinado con un disparo en el rostro. La violencia se ha intensificado con la intervención de la milicia Hayat Tahrir al-Sham (HTS), resultando en el asesinato del alcalde de la aldea cristiana de al-Mazra'a Wadi al-Nasara y de dos cristianos armenios en Latakia. El sacerdote Gregorius Bechara también perdió a su padre en este baño de sangre.
Los patriarcas cristianos de Siria, Juan X (greco-ortodoxo), Ignace Afrem II (sirio-ortodoxo) y Youssef Al-Absi (greco-melquita), han condenado enérgicamente estas atrocidades, señalando que la situación representa una "peligrosa escalada de violencia, torturas y asesinatos" contra civiles inocentes, incluidas mujeres y niños.
El temor de una nueva guerra civil
La organización Puertas Abiertas ha confirmado que la violencia ha dejado más de 1.000 muertos en solo cuatro días en la zona costera de Siria, donde se han impuesto toques de queda en ciudades como Homs, Tartous y Latakia. Tiendas y restaurantes han cerrado, y muchos cristianos han suspendido sus cultos por temor a ser atacados. "Todos los cristianos que conozco ahora quieren irse del país", relató un testigo local.
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, ha expresado su preocupación por los informes de ejecuciones sumarias, afirmando que "los asesinatos de civiles en las áreas costeras del noroeste de Siria deben cesar inmediatamente". La comunidad internacional teme que estos hechos sean el inicio de una nueva guerra civil en un país que ya ha sufrido más de 14 años de conflicto.
Éxodo masivo de cristianos
The Associated Press informó que, ante la brutalidad de los enfrentamientos, miles de sirios, incluidos muchos cristianos, han huido hacia Líbano cruzando ríos y montañas para encontrar refugio. La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) estima que más de 6.000 personas han llegado a la provincia de Akkar, en el norte del Líbano, mientras siguen verificando la magnitud del desplazamiento.
Radwan Alo, un refugiado que escapó de la zona de Al Qaradaha, describió la situación como "un exterminio completo de la secta alauita, de nuestros hermanos los cristianos, de nuestros hermanos los chiítas". Los informes de AP coinciden con los datos del Observatorio Sirio de Derechos Humanos, que reporta 1.130 muertos, incluidos 830 civiles.
Mientras el gobierno interino de Ahmad al-Sharaa asegura que tomará medidas contra los perpetradores de ataques a civiles, los cristianos en Siria viven con el temor de que la violencia se intensifique aún más. La situación sigue siendo incierta, y la comunidad internacional observa con preocupación el destino de una de las comunidades cristianas más antiguas del mundo.
Llamado a la oración y la acción
En respuesta a la crisis, Puertas Abiertas ha emitido un llamado urgente a la oración:
- Ora para que la violencia no desencadene una nueva guerra civil.
- Intercede por justicia y el cese de asesinatos de inocentes.
- Clama por la protección de los cristianos en Siria, especialmente en Latakia y Tartous.
- Pide que no haya un nuevo éxodo masivo de cristianos.
La tragedia que vive la comunidad cristiana en Siria es un recordatorio del alto costo que pagan los creyentes en medio de la guerra. En medio del sufrimiento, la fe sigue siendo su refugio, y su clamor al mundo es claro: no los olvidemos.