Nuevo estudio demuestra que la fe tiene un efecto positivo en la salud mental de los privados de libertad

Nuevo estudio demuestra que la fe tiene un efecto positivo en la salud mental de los privados de libertad

05-25-2023
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Un nuevo estudio revela que los presos que recurren a su fe están menos enfadados, tienen más esperanza y son capaces de perdonar más fácilmente.

Prison Fellowship International (PFI) respaldó el nuevo estudio de la Universidad de Baylor, que aporta pruebas de que la fe tiene un efecto positivo en la salud mental de los reclusos.

"Este estudio confirma lo que hemos creído durante mucho tiempo", dijo David Van Patten, director de Operaciones de PFI. "Que la participación de un preso en programas religiosos tiene un efecto transformador en sus creencias, actitudes y comportamiento. Ahora tenemos pruebas empíricas de que los presos son menos violentos y ejercen un mayor autocontrol a través de programas como los de PFI en todo el mundo”.

El estudio se llevó a cabo en la cárcel de Montería, en Colombia, y descubrió que los presos que participaban en un servicio religioso oraban y leían un libro sagrado mostraban más autocontrol, agradecimiento y perdón que los reclusos que no lo hacían. También estaban menos enfadados, menos deprimidos y ansiosos.

"Este estudio contribuye a la literatura sobre justicia penal al añadir pruebas positivas del efecto virtuoso de la religión sobre la salud mental entre los individuos encarcelados", dijo el Dr. Sung Joon Jang, profesor investigador de criminología y codirector del Programa sobre Comportamiento Prosocial del Instituto de Estudios de la Religión (ISR) de la Universidad de Baylor. "Descubrimos que los comportamientos religiosos tanto públicos como privados se asociaban positivamente con las virtudes".

El estudio de Jang se centró en el programa "El viaje del preso" de PFI, que enseña a los reclusos sobre Jesús en un curso de ocho semanas.

PFI tiene acceso a más del 60% de la población carcelaria mundial en seis continentes y afirman haber observado cambios positivos entre muchos reclusos. 

A través del programa, más de un millón de presos han sido invitados a conocer a Jesús, cerca de 500.000 se han graduado del curso "El viaje del preso", y más de 300.000 han continuado su relación con Cristo a través del discipulado.

"Nuestros programas en las prisiones están restaurando la vida de los presos, ayudando a sus familias e integrándolos con éxito en la comunidad, para siempre", se lee en una declaración en su sitio web.