Los distritos escolares alrededor de Estados Unidos corren para desarrollar políticas para estudiantes transgénero. Eso es debido a que el departamento de Educación ahora dice que, si no permiten a estos estudiantes usar el baño o camerinos de su escogencia, los distritos perderán su financiamiento federal.
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"Estoy hablando en nombre de mi hija, que no desea estar en un camerino con un niño biológico", dice la madre de un estudiante en una reunión sobre el tema.
Recientemente, en los suburbios de Chicago, cientos de padres dieron un fuerte mensaje para decirle a su comité escolar que deben mantener a estudiantes transgénero fuera de los camerinos y baños del sexo opuesto.
"Hay predadores sexuales allí afuera que pueden aprovecharse de esto. La razón de mantener separados a hombres de mujeres, es para prevenir problemas y ahora usted nos dice: 'oh no, no hay problema'", indica Dan Stanford, el padre de un estudiante.
"Si no vamos a separar nuestros baños y camerinos por anatomía entonces, ¿qué vamos a hacer? ¿Qué estamos haciendo?", cuestiona Vicki Wilson, la madre de un estudiante.
Acciones del departamento de Educación iniciaron esta reunión y podría acarrear consecuencias financieras para los distritos escolares de todo el país. Todo gira alrededor del título noveno, de la ley federal 1972 que garantiza beneficios de educación equitativa.
Hace dos años, el departamento de Educación actualizó sus regulaciones, diciendo que la cláusula de no discriminación aplica para la identidad de género.
El distrito escolar 211 de Illinois, fue el primero en violar la norma. Su crimen - negarle a un niño transgénero acceso a los vestidores femeninos -. El departamento le dijo al distrito que debía acatar órdenes o perder millones en fondos federales.
El abogado Matt Sharp, de la Alianza Defensa de la Libertad, dice que esa potencial pérdida financiera podría paralizar distritos escolares. El gobierno federal usualmente les da entre mil doscientos y dos mil dólares por estudiante, cada año.
"Es mucho dinero, en especial para las más pequeñas y en distritos rurales que no tienen la misma base de impuestos y los fondos federales son vitales para programas deportivos, libros, alimentación y muchas cosas necesarias para aprender", comenta Sharp.
Las escuelas también se enfrentan a la ambigüedad del término transgénero.
"Entonces las escuelas están en la difícil posición de decir: ¿cómo sabemos si este alumno solo quiere tener acceso a los baños del sexo opuesto o es genuinamente una persona que cree ser biológicamente del sexo opuesto?", cuestiona Sharp.
Eso sucedió en la secundaria Gloucester de Virginia. Un niño transgénero dijo que deseaba usar los vestidores masculinos.
El estudiante de Gloucester cambió su nombre y experimentó tratamientos hormonales para aparentar ser masculino. Él dice que usar los baños de mujeres lo hace sentirse marginado.
"Para mí, el pensar ir a un baño separado, que seguramente sería etiquetado como 'otro', era muy difícil", dice Gavin Grimm, estudiante transgénero.
Algunos estudiantes del distrito 211 dijeron a CBN News que un baño separado no es igualitario.
"Separar a uno de sus compañeros no es equidad porque no es justo para ellos", comenta Matt Serikaku, un estudiante.
"Las personas hablan de justicia para todos, privacidad para todos los estudiantes, ¿pero qué pasa con este alumno quien ha sido discriminado?", dice Anusha Thotakura, una estudiante.
Defensores de la privacidad, incluidos muchos padres, creen que tener baños separados son un hecho razonable. El grupo legal cristiano, Alianza en Defensa de la Libertad dice que las escuelas deberían adoptar dichas políticas.
"Como un acto de compasión, usan políticas como las nuestras. Dicen: les daremos un lugar privado dónde cambiarse, vamos a darle un espacio que sea solo para usted y así, protegemos a todos los demás", comenta Sharp.
Los defensores de que las escuelas elijan, como Neal McCluskey, dicen que el gobierno federal debe luchar contra la discriminación, pero debería dejar de lado, por ahora, el tema transgénero.
"Hay valores compitiendo aquí. Mucha gente se preocupa por la privacidad, y muchos piensan que esto es un tema moral y algo que debe decidirse a nivel local y estatal", comenta el Dr. Neal McCluskey, de Cato Institute.
Una corte federal pronto decidirá el caso Virginia y podría establecer un precedente nacional.
El distrito 211 resolvió hace poco, con el departamento educativo construir espacios para estudiantes transgénero dentro de los vestidores.
"Tratan de reescribir el título noveno", precisa Wilson.
Esto es una pérdida para las madres Vicki Wilson y Lisa Moran, quienes formaron un grupo para apoyar vestidores separados. Ellas motivan a otros a prepararse y entrar en el debate.
"Esto afectará a muchos distritos. Una señora de un distrito vecino me vino a buscar y dijo: 'necesito ayuda'", dice Wilson.
Es un experimento social que muchos padres no imaginaban: darles a los alumnos el poder decidir qué baños y camerinos usar. Sin una definición científica o legal de lo que significa ser transgénero, la política federal ha dejado una puerta abierta para muchas situaciones incómodas y potencialmente abusivas.
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