En un resultado del todo menos claro, los republicanos ofrecieron un resultado dividido entre Donald Trump y Ted Cruz en una nueva ronda de primarias, subrayando la inestabilidad en el Partido Republicano después de que 19 estados se pronunciaran sobre los aspirantes.
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Trump, que sigue líder en cuanto a delegados, ganó en Kentucky y Louisiana el sábado. Cruz se consolidó como alternativa al magnate con victorias en Kansas y Maine.
Trump afirmó que es la hora de que Marco Rubio se retire de la carrera, pero el senador por Florida insistió en que sigue centrado en ganar en su estado natal el 15 de marzo.
También los demócratas dividieron sus votos el sábado, con un triunfo de Hillary Clinton en las primarias de Louisiana, mientras que Bernie Sanders se impuso en las asambleas de Nebraska y Kansas. Aun así, Sanders perdió terreno en su campaña por superar los numerosos delegados de Clinton.
Por ahora, Trump lleva 12 victorias frente a las seis de Cruz y una de Rubio. En el bando demócrata, Clinton suma 11 y Sanders siete. Trump y Clinton van primeros en el más importante recuento de delegados.
Los republicanos de Puerto Rico se pronunciarán el domingo, al igual que los demócratas de Maine.
Ante el caos de la contienda republicana, la cúpula del partido busca con urgencia cualquier forma de frenar a Trump, quizá en una convención si ningún aspirante consigue delegados suficientes como para conseguir la candidatura antes de la reunión del partido en julio.
Los líderes del partido entre ellos los excandidatos presidenciales Mitt Romney, de 2012, y el senador John McCain, de 2008 temen que la victoria interna de Trump acarree un desastre al partido en las elecciones de noviembre, con pérdidas en todos los ámbitos.
En una rueda de prensa en West Palm Beach, Florida, tras los comicios del sábado, Trump predijo convencido que obtendrá la candidatura antes de la convención, haciendo una comparación con un nocaut en boxeo.
"La forma en la que garantizo la victoria es consiguiendo suficientes delegados como para no tener que preocuparme", comentó.
Cruz, por su parte, dijo que su buen resultado era una "manifestación de un verdadero real en el impulso".
"Lo que representa es a los republicanos uniéndose, diciendo que sería un desastre que Donald Trump fuera nuestro candidato", afirmó.
Ambos se mostraron deseosos de quedarse solos en la contienda.
"Oh, sí que quiero competir contra Ted", dijo Trump, enumerando una serie de estados en los que afirmó que Cruz no tenía posibilidades. "Eso será fácil".
El gobernador de Ohio John Kasich, aún en liza pero muy rezagado confiaba en obtener un mejor resultado la semana que viene en Michigan y en su estado natal el 15 de marzo.
Haciendo campaña en Detroit, Clinton dijo estar emocionada de ganar más delegados y dijo que esperaba un buen resultado en las primarias de Michigan el martes.
"No importa quién obtenga esta candidatura demócrata", afirmó. "No tengo la menor duda de que en nuestro peor día, seremos infinitamente mejores que los republicanos en su mejor día".
Sanders logró claras victorias en Nebraska y Kansas, y en una entrevista con Associated Press afirmó que esos triunfos demuestran que su revolución política está en marcha.
Destacando la importancia de la participación, señaló "cuando acude mucha gente trabajadores, jóvenes que no se han visto implicados en el proceso político nos va bien, y creo que eso se confirma esta noche".
Los dos demócratas se preparan para su séptimo debate el domingo en Flint, Michigan, donde el comercio y la política económica serán sin duda temas clave.
Clinton se hizo con al menos 55 delegados ante los 47 de Sanders en las primarias del sábado, con siete aún por asignar.
El apoyo evangélico es indispensable para ganar las primarias presidenciales. Sobre todo para los candidatos republicanos que son más afines con los valores tradicionales cristianos.