VIDEO: Ministerios se unen para dar una mejor vida a niños haitianos

VIDEO: Ministerios se unen para dar una mejor vida a niños haitianos

01-13-2016

Imagine vivir en un lugar donde la mayoría de niños no tienen suficiente para comer. Esa es la realidad en Haití, donde 20 por ciento de ellos tienen bajo peso y uno de cada 14 morirá antes de cumplir 5 años. La crisis de hambre afecta todos los aspectos de la vida haitiana, en especial la educación. A continuación conozca las dificultades a la que ellos se enfrentan...

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Imagine ir a la escuela en un calor sofocante… hacer la tarea con poca o ninguna luz… y simplemente tratar de enfocarse, cuando usted está hambriento.

Si los niños tienen hambre no pueden aprender y así nunca podrán ser el cambio que su país necesita.

Pritchard y Dana Adams han visto esto de primera mano por más de 30 años. Como parte de Ministerios Rehoboth, ellos supervisan tres escuelas cristianas.

"Hemos tenido niños que se desmayan en la escuela por el calor y porque vienen con el estómago vacío. Durante años tuvimos una carga por alimentarlos y desarrollamos un programa de comida con 400 alumnos en el salón principal y solo orábamos para que el Señor nos diera la salida de alguna manera", comenta Dana Adams.

Dios respondió su oración a través de Orphan's Promise de CBN, la cual provee fondos para un programa de alimentación en dos de sus escuelas.

"La capacidad que tenemos para este año es de unos 1.200 estudiantes al día. Tenemos 900 actualmente y todavía podemos apoyar a 300 más", indica Pritchard Adams.

Cinco días a la semana, los estudiantes tienen una comida nutritiva preparada por cocineros haitianos aquí en la escuela.

"Los niños están más alertas, prestan más atención. Es una gran diferencia. Hay un proverbio haitiano que dice: 'Un saco vacío no se sostiene solo'. Claro, relacionándolo a la nutrición, eso quiere decir que sin ellos no pueden trabajar, no rinden", comenta Dana Adams.

La doctora Patricia Wolff, fundadora de Meds and Food for Kids, o MFK por sus siglas, también vio la necesidad cuando empezó a venir a Haití en 1988.

"Volvíamos y los niños que vimos antes desnutridos, estaban enfermos de nuevo, y a veces hasta muertos", dice Wolff.

Tras 15 años de trabajo médico voluntario, Wolff decidió hacer algo a mayor escala.

"En 2003, empezamos con un moledor pequeño y mezclábamos maní, leche en polvo, azúcar, aceite y dábamos vitaminas en polvo y minerales extra a los niños. Empezamos eso en un salón de una iglesia metodista y ese año hicimos como 100 kilos mensuales y tratábamos 10 niños por mes. Fue como un milagro. Los niños más enfermos volvían en una semana o dos y fueron sanados en 6 a 8 semanas", comenta Wolff.

En 2012, MFK construyó este nuevo centro con capacidad de alimentar a 80 mil niños, convirtiendo al maní en un producto que salva vidas.

Este producto incluye: medika mamba para los más desnutridos, plumpy sup para desnutrición moderada y como suplemento prenatal, al igual que vita mamba, una merienda escolar. Todos los productos MFK son hechos acá, usando trabajadores locales y cuando es posible, materiales de Haití.

"Lo que tenemos que hacer en Haití es ir más allá del rescate, debemos salvar a las personas que están propensas a morir y que no tiene suficientes alimentos nutritivos para comer. Pero ese ciclo seguirá a menos que se desarrolle el país, se impulse al desarrollo económico y se contrate a los padres para que el próximo niño de esa familia no sufra desnutrición", dice Wolff.

Estos productos le ofrecen a los padres una manera de luchar contra la desnutrición de sus hijos y mantener unidas a sus familias…

"Una razón común por la que un niño puede estar en un orfanato es porque sus padres no lo pueden alimentar, no porque no hay padres", comenta Wolff.

Niños haitianos de seis meses a tres o cuatro años de edad son los que más se enfrentan a la desnutrición.

En esa edad sus cerebros están en desarrollo y sin la nutrición adecuada, nunca serán tan inteligentes o sanos como podrían serlo.

"Tenemos que ayudar a los niños, porque ellos son el futuro y son los más propensos a ser dañados y sabemos cómo solucionarlo, solo tenemos que estar decididos a invertir recursos en ellos", dice Wolff.

MFK ahora exporta su producto a otros países en vías de desarrollo. Entre sus mayores clientes están UNICEF y el Programa Mundial de Alimentos. Aún con el crecimiento de la organización, la doctora Wolff dice que su labor está lejos de acabar.

"El mundo no debería ser así. Hay gente en el mundo, como los nacidos en Norteamérica o Europa, que se han ganado la lotería, eso no está sucediendo aquí. Esa es mi mayor motivación", concluye Wolff.

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