El veterano economista del Banco Mundial Pedro Pablo Kuczynski aventajaba el lunes, por apenas un punto porcentual, a la hija del preso expresidente Alberto Fujimori en la más disputada elección presidencial de los últimos tiempos en Perú, que también se convirtió en un referendo sobre el legado de su padre que gobernó al país con mano de hierro a fines del siglo XX.
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Los dos candidatos, considerados pro empresariales y amigos del libre mercado, mantienen con calma a los inversionistas que los ven como centro derechistas y continuadores de la política monetaria. Keiko Fujimori se ha posicionado como la candidata de los pobres, mientras Kuczynski como el abanderado de la democracia, afirman analistas políticos.
El reporte oficial al haberse procesado 89,53% de las actas por la Oficina de Nacional de Procesos Electorales, Kuczynski obtenía 50,52% de los votos y Fujimori 49,47%.
El funcionario Mariano Cucho, jefe de la entidad organizadora de las elecciones, afirmó que el 100% de los resultados recién podría conocerse el fin de semana porque se debe esperar la llegada de los resultados de los lugares más alejados del país y del mundo.
"El resultado parece irreversible", dijo a la televisora N el experto en temas electorales, Fernando Tuesta quien dirigió a la organizadora de las elecciones entre 2000 y 2004.
En la víspera Kuczynski, de 77 años, se dirigió al local de campaña de su partido Peruanos por el Kambio donde saludó sus miles de seguidores.
"Tenemos que ser vigilantes para que no nos roben los votos en la mesa", dijo Kuczynski con voz afónica. Lo acompañaban su esposa estadounidense, Nancy Lange, y sus dos vicepresidentes Martín Vizcarra, un exgobernador y Mercedes Araoz, una exministra de economía. "Vamos a poder gobernar el Perú hacia un horizonte brillante, te quiero Perú".
Por su parte Keiko Fujimori, de 41 años, no se dio por vencida y pidió esperar los resultados finales.
"Vamos a esperar con prudencia porque toda la noche llegarán los votos de las regiones, del extranjero y el voto rural del Perú profundo", dijo a sus miles de seguidores la hija del encarcelado expresidente Alberto Fujimori en los exteriores de un hotel cinco estrellas donde estuvo alojada.
El presidente saliente Ollanta Humala destacó en la víspera que el próximo gobierno será la cuarta gestión democrática consecutiva en Perú que no es interrumpida por un golpe militar.
La campaña electoral se volvió un campo de batalla en los últimos días cuando Kuczynski abandonó su habitual parsimonia y atacó con dureza a Fujimori ligándola con la corrupción.
"El narco-estado nos va a matar a todos... necesitamos un gobierno limpio desde arribita hasta abajito", dijo la última semana durante el cierre de su campaña en una zona de clase media en Lima. Añadió que combatirá "el narcotráfico y las conexiones dudosas de esa gente con la política".
Aludía directamente a los escándalos que recaen sobre el partido Fuerza Popular de Fujimori, entre ellos varios informes periodísticos que señalan que el importante donante y secretario general partidario Joaquín Ramírez está investigado por la agencia antidrogas estadounidense DEA.
Para muchos, esta elección presidencial es un referendo al mandato de Alberto Fujimori.
El compañero de fórmula de Keiko Fujimori, José Chlimper, también está en el ojo de la tormenta tras entregar a una televisora local un audio adulterado con el único fin de beneficiar a Ramírez, quien ante el escándalo creciente pidió una licencia y desapareció de los reflectores de los medios. Perú es el mayor productor mundial de cocaína.
"Si Fujimori gana, la gran pregunta es si ella será capaz de controlar su partido", dijo Eduardo Dargent, politólogo de la Pontificia Universidad Católica del Perú.
PPK, como se le conoce popularmente a Kuczynski en Perú, también se benefició del aval en el último minuto de la excandidata izquierdista Verónika Mendoza, que participó la última semana en una manifestación de más de 30.000 personas contra la candidatura de Keiko Fujimori, la más numerosa desde el turbulento final del gobierno de su padre hace 16 años.
Keiko Fujimori, que fue durante seis años primera dama en el gobierno de su padre (1990-2000), trató de contener el avance de su rival firmando incluso un compromiso para no usar su posible poder político y liberar a su padre. "La candidata soy yo, no Alberto Fujimori", señalaba con frecuencia.
Al mismo tiempo, se comprometió a retomar el estilo de gobierno de mano dura de su progenitor para detener el crimen, la mayor preocupación de todos los votantes. Entre sus propuestas estaba construir cárceles a más de 4.000 metros de altitud para los criminales más peligrosos.
Fujimori también trató de etiquetar a Kuczysnki -hijo de un médico polaco de origen judío- como parte de la élite blanca a la que tradicionalmente no le han interesado los pobres.
Los expertos señalan que independientemente de quién gane, Keiko Fujimori ha reconfigurado el panorama político del país.
En abril, su partido Fuerza Popular ganó 73 de los 130 escaños del congreso unicameral, convirtiéndose en la fuerza legislativa más poderosa de los últimos 16 años.
Si gana su poder será mayor que el de cada uno de los presidentes que han gobernado Perú desde 2000, cuando su padre se fugó del país y renunció desde Japón luego de escándalos de corrupción que acabaron con su mandato.
Si pierde tendrá una enorme capacidad de negociación política con su disciplinada bancada y dirigirá un poderoso grupo parlamentario capaz de lograr la renuncia de ministros, impulsar o bloquear leyes e incluso impedir viajes del presidente.
Iglesia con opiniones divididas
En el sector evangélico, las opiniones están divididas, hay quienes creen que si Keiko Fujimori lograra pasar a Kuczynski y ganar, respaldará el rechazo al proyecto de ley de unión civil para parejas del mismo sexo. Esto con base a una reunión que sostuvo la mandataria con un sector de creyentes en la que se comprometió a respetar los derechos de la familia, manifestando que no está a favor de la unión civil ni de la adopción de niños por parejas homosexuales y en contra del aborto.
Por otro lado, Kuczynski también sostuvo últimamente una reunión con pastores evangélicos en la cual manifestó que su gobierno no promoverá el matrimonio gay, que sólo reconocerá la asociación civil no matrimonial.
Sobre el tema de igualdad religiosa, que le planteó el Rev. Samuel Aguilar, presidente del Concilio Nacional Evangélico del Perú (CONEP), Kuczynski dijo que conoce el problema generado por el reglamento vigente de la ley de Libertad Religiosa, y que su gobierno atenderá las demandas de la comunidad evangélica.