Gerardo Amarilla, asume este martes la presidencia de la Cámara de Diputados de Uruguay, convirtiéndose en el primer legislador evangélico en ocupar el cargo, según informa El País.

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El mandatario ha dicho que el medio ambiente, la familia y la pobreza son tres de sus prioridades.

Según El País, compatibilizar las dos vocaciones, político y bautista en Uruguay no es muy común.

"Al principio en el Parlamento me miraban de reojo, aunque no lo sentí como una discriminación", confiesa Amarilla.

El nuevo presidente de la Cámara de Diputados de Uruguay reconoce que hay "una especie de tabú frente al hecho que uno difunda sus condiciones religiosas".

"Con honestidad hay que decir lo que uno piensa. Si uno tiene una confesión religiosa a la vez tiene una visión distinta del mundo. Sea en Dios o en lo que uno crea, da una visión distinta del prójimo", sostiene.

Amarilla actualmente no es el único evangélico en el Parlamento, ya que existe una especie de "bancada" evangélica en diferentes partidos. Sin embargo, ninguno creyente había logrado presidir la Cámara de Diputados.

Su acercamiento a la Iglesia Evangélica se produjo a los 9 años. A partir de entonces creció en ese entorno, en la ciudad de Montevideo, y luego incursionó en la política, ya residiendo en Rivera.

Un estudio de 2014 sostiene que Uruguay es el país más secular de América Latina, con un 38% de ateos o agnósticos, frente a un 41% de católicos, y un 8% de evangélicos.

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