En un mundo donde cada día ser cristiano se está tornando más difícil, nuestra fe está siendo compartida de maneras inimaginables, por personas inimaginables. Tal es el caso de Abisai Valenzuela, un joven pintor mexicano que ha logrado tocar corazones con “Pedazos del Alma”. Humberto Bayón tiene la historia.

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Abisaí es un joven sencillo y callado, que desarrolla su vida cristiana junto a su familia y amigos. Pero hace cuatro años, descubrió que tenía el don para compartir su fe, a través de su pasión: la pintura.

“Al principio, yo pintaba lo que realmente quería. Cuando decidí entregarme completamente a Jesús, el Espíritu Santo se mostró de una manera impresionante…”, dice Abisaí.

Abisaí fue un niño tímido temeroso de hablar en público, pero siempre inquieto.

“Un niño normal te pide ir a donde hay diversión y él siempre nos pedía ‘por favor llévame al Museo Nacional; le gustaba mucho ver los cuadros de Diego Rivera”, comenta Josie de Valenzuela, mamá de Abisaí.

Durante un período de huelga de su universidad, Abisaí decidió inscribirse a clases de pintura. Fue ahí donde aprendió las diversas técnicas y procesos de este arte, pero más aún descubrió para que quería pintar.

“Yo prácticamente decidí ser instrumento del Espíritu Santo. Entonces yo no quiero exponer en cualquier lugar”, indica Abisaí.

Varias veces Abisaí fue invitado a exponer en algunos eventos, pero sentía que debía esperar por el tiempo de Dios.

“A principio del 2016, la secretaría de Cultura me contacta para una exposición. Y yo le había pedido a Dios que si realmente este mi llamado, esto es lo que voy a hacer, yo quiero el Museo de Artes de Sonora. Yo sabía que era imposible; era un imposible”, comenta el joven pintor.

La fecha se concretó y un recinto colonial se abría la primera exposición de Abisaí, “Pedazos de mi Alma”. Pero a los pocos días, la secretaria de Cultura cambió la sede.

“Entonces, me llaman otra vez y me dicen: ¿Sabes qué? No va a ser este lugar regional; tenemos una sala disponible en el Museo de Artes de Sonora… (Abisaí de inmediato pensó) ‘Wow, ok Dios… ¿eso quieres hacer conmigo? Está bien, ¡Vamos!”, relata.

En quince días, Abisaí pintó cuatro cuadros monumentales y terminó un total de 15 obras para exponer.

“Llegado el día de la exposición, me pidieron que diera un recorrido; y dije: ‘Bueno Dios, tú fuiste el que me trajiste aquí… Entonces adelante; sé tú’”, expresa Abisaí.

Para sorpresa de muchos, Abisaí el chico tímido y con pánico escénico, se condujo con tanta seguridad que logró conmover a varios de los asistentes.

“La misma gente me decía: ‘Qué es … qué hay más adentro’. Entonces, expliqué cómo Dios me fue llevando cada paso”, dice Abisaí.

“Hay gente que se quebrantó, hay gente que lloró. Tengo una tía que nos comentó: ‘Parece que está predicando’. Entonces, él pone palabra de Dios en su arte y es una forma de transmitir presencia de Dios”, señala Josie.

“Empezó a escribir sobre los lienzos versículos, es decir, cada cuadro que tú ves tiene un versículo que a él le impactó y el cual lo motivó a hacer ese cuadro”, indica Javier Valenzuela.

Mónica Estrada asistió a la exposición y adquirió uno de los cuadros. La obra le hizo recordar una promesa de Dios.

“A causa del trabajo de mi esposo, teníamos que movernos constantemente. Pero recuerdo muy bien que Dios nos dio una palabra: ‘los voy a bendecir para que ustedes bendigan’”, dice Mónica Estrada, quien compró pintura de Abisaí.

En esos viajes y de forma anónima, Mónica y su familia sembraron de parte de Dios para maestros en cada localidad donde vivieron. Ella comenta como los colores y los trazos le hicieron recordar la provisión de Dios.

“Al momento que vi el cuadro, una voz me decía: ‘es el recordatorio de que yo soy fiel y que todo lo que tú has visto, se va a cumplir’”, precisa Mónica.

En el fondo de ese cuadro y sin saberlo, Abisaí había escrito la misma promesa de Dios para Mónica.

Para Rafael Jiménez, director de la Iglesia Metropolitana de Hermosillo y pastor de la familia Valenzuela, la incursión de Abisaí en el arte solo confirma el mandato divino de La Gran Comisión.

“La Iglesia debe tener presencia en los diferentes campos del quehacer humano. En el caso de Abisai, tenemos a un joven que descubre que tiene ese talento e inquietud y se lanza a la conquista de ese campo” comenta Rafael Jiménez, pastor.

Durante la exposición, Abisaí subastó una de sus obras a beneficio de una escuela para niños especiales.

Luis Cessaretti, comerciante experto de arte, fue quien adquirió la obra subastada de Abisaí.

“Me sorprendió que un muchacho tan joven lograra exponer en Musas, el cual es un lugar donde exponen los grandes maestros de México. Montó una exposición de primer mundo, en un lugar de primer mundo; pero sus expectativas no son Hermosillo o Sonora, él va mucho más que México”, detalla Luis Cessaretti, experto en Arte.

“El Arte es un idioma Universal; no hay barrera para eso porque es visual, los ojos no tienen idioma. Entonces, ¡quiero seguir siendo ese instrumento para Dios!”, concluye Abisaí.

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