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El primer establecimiento de Chick-fil-A que se abrió en el Reino Unido se cerrará después de ser atacado por un grupo pro LGBT.

Desde que el popular proveedor de pollo frito abrió sus puertas en la ciudad de Reading, los activistas de los derechos de los homosexuales lo han acosado con quejas e incluso han instado a un boicot.

Ahora, apenas una semana después de recibir a sus primeros clientes británicos, el centro comercial de la ciudad, The Oracle, ha anunciado que no renovará el contrato de arrendamiento de la compañía. 

"Hemos decidido en esta ocasión que lo correcto es permitir que Chick-fil-A solo negocie con nosotros durante el período piloto inicial de seis meses, y no extender más el contrato de arrendamiento", dijo The Oracle en un comunicado, según la BBC , señalando que busca "ofrecer un espacio inclusivo donde todos sean bienvenidos".

El principal instigador del cierre repentino fue un grupo llamado Reading Pride, que cree que las donaciones de la compañía a organizaciones como The Fellowship of Christian Athletes y el Salvation Army son indicativas de intolerancia, por lo tanto deben ser cancelados. El primer lote de waffles especiales apenas había sido sumergido en la freidora cuando Reading Pride anunció un llamado a las armas en forma de boicot.

"Respetamos la libertad de todos de comer donde elijan", dijeron, "sin embargo, le pedimos a la comunidad LGBT + (incluidos sus aliados) que boicoteen la cadena en Reading".

Pero los enemigos de Chick-fil-A no se detuvieron allí: en una declaración bastante extraña, un grupo LGBT afiliado incluso sugirió que el gobierno británico debería investigar la cadena antes de permitirles abrir cualquier restaurante en el Reino Unido. "El Parlamento debería cuestionar a empresas como esta que trabajan en contra de los valores de nuestro increíble país", dijo el miembro de la Red de Organizadores del Orgullo del Reino Unido, Stephen Ireland, según Christian Institute .

La forma en que Chick-fil-A "pudo ir a la calle del Reino Unido sin responder abiertamente a las preocupaciones de la comunidad LGBT" es insondable para ellos, dijeron.

Reading Pride confirmó que, a pesar de las noticias, seguirían celebrando su protesta "Get the Chick Out" el sábado:

Fiel a su espíritu cristiano, Chick-fil-A, el tercero más grande en los Estados Unidos, ha respondido gentilmente a la mala prensa. "Esperamos que nuestros huéspedes en el Reino Unido vean que Chick-fil-A es una compañía de restaurantes enfocada en servir excelente comida y hospitalidad, y no tiene una agenda social o política", dijo un portavoz antes de que se terminara el contrato. "Estamos representados por más de 145,000 personas de diferentes orígenes y creencias, y damos la bienvenida a todos".

En declaraciones previas a la BBC, Chick-fil-A duplicó su compromiso con la diversidad y la igualdad en las causas que apoya. “Nuestras donaciones siempre se han centrado en la juventud y la educación. Nunca hemos donado con el propósito de apoyar una agenda social o política”, dijeron. “Hay 145,000 personas: negras, blancas; gay, heterosexual; cristianos, no cristianos, que representan a Chick-fil-A".