En el continuo esfuerzo del gobierno chino para aplastar al cristianismo dentro de sus fronteras, ahora se les dice a los maestros que renuncien a su fe o que enfrenten las consecuencias.

Bitter Winter informa que este movimiento comenzó en el país comunista poco después de que el presidente Xi Jinping subrayó en una conferencia nacional de educación que la tarea fundamental de esta es capacitar a los constructores y sucesores del socialismo. Desde el discurso de Xi hace casi dos años, la presión sobre los maestros para adoctrinar a los estudiantes ha ido en aumento.

Un ejemplo es una maestra de jardín de infantes, miembro de la Iglesia Católica estatal, que le dijo al sitio web que tenía miedo de ir a la iglesia debido a la creciente presión que estaba recibiendo de la administración de la escuela. Ella le dijo a Bitter Winter que ha sido constantemente amenazada a renunciar a su fe durante los últimos siete meses. Ella dijo que recibió críticas de sus superiores, que incluyen comentarios como "algunos maestros continúan teniendo creencias religiosas mientras el Partido Comunista los alimenta".

"El control del estado sobre la ideología se está volviendo cada vez más estricto, particularmente en el campo de la educación", dijo la maestra. "Si los maestros tienen creencias religiosas, no solo siguen al Partido Comunista, esto se convierte en un problema político para el gobierno".

La directora de la maestra también le advirtió que los fondos del gobierno también podrían retirarse del condado si los funcionarios del gobierno supieran de su fe. La financiación se otorga como parte de un Premio a la Civilización Espiritual que se otorga a las comunidades designadas como "civilizadas", es decir, económicamente desarrolladas y libres de religión.

"Me enteré de que otro condado había revocado todos sus premios de civilización porque un equipo de inspección descubrió a dos estudiantes de primaria cantando himnos cristianos", dijo la maestra a Bitter Winter .

"Los maestros deben adoctrinar a los niños con ideología patriótica, hacerles creer y alabar al Partido", continuó. "Además, las escuelas han asignado personal especial para monitorear e informar sobre maestros y estudiantes religiosos. Se les dijo que renunciaran a su fe, y algunos han sido designados como objetivos clave de vigilancia, las autoridades temen que desarrollen 'influencia contrarrevolucionaria y coludir con fuerzas extranjeras y causar caos ".