Captura de pantalla de YouTube/Agencia de noticias AFP: Padre Ioann Burdin

Un par de sacerdotes rusos hablan en oposición a la campaña militar de Vladimir Putin en Ucrania, a pesar del riesgo de ser encarcelados o de enfadar a los funcionarios de la Iglesia Ortodoxa Rusa.

Como CBN News informó, Putin y el Patriarca Kirill de Moscú, líder de la iglesia rusa, se han asociado para justificar la campaña ucraniana como una "guerra santa".

El padre Georgy Edelshtein y el padre Ioann Burdin son, al parecer, algunos de los sacerdotes de la iglesia rusa que están expresando su decepción con el Estado.

Durante una entrevista con la Agence France-Presse (AFP), Edelshtein, de 89 años, reconoció que Rusia es el "agresor" y Ucrania la "víctima de la agresión".

Y continuó: "Me temo que soy un mal sacerdote. Nunca he estado en contra de todas las guerras. Pero siempre he estado en contra de cualquier guerra agresiva y de acaparamiento de tierras".

Como informó AFP, Edelshtein firmó el 25 de febrero una carta escrita por Burdin en la que denunciaba la guerra. La carta fue publicada en el sitio web de la iglesia parroquial de Burdin en el pueblo de Karabanovo, en la región de Kostroma.

"La sangre de los residentes ucranianos permanecerá en las manos no sólo de los gobernantes de Rusia y de los soldados que llevan a cabo esta orden. Su sangre está en las manos de cada uno de nosotros que aprobamos esta guerra o simplemente nos quedamos callados", decía el post, que luego fue borrado.

El metropolita Ferapont de Kostroma, un monje de alto rango condenó la carta, diciendo que Edelshtein y Burdin son los únicos sacerdotes de los 160 de la región que se oponen a la operación militar de Rusia.

El reverendo Burdin, de 50 años, fue multado con 35.000 rublos (432 dólares) por "desacreditar a las fuerzas armadas rusas" tras compartir el correo.

"La responsabilidad de lo que está ocurriendo no la tiene sólo el que dio la orden, el que mata y derrama sangre, sino todos los que aprobamos o guardamos el silencio", dijo Burdin a la AFP.

"Para mí, el mandamiento 'No matarás' es incondicional", explicó Burdin. "Si una persona comete un pecado personal, se rebela ella misma (contra Dios), no toda la Iglesia con ella", dijo Burdin.

Y añadió: "Si estoy dentro de la iglesia, pero me censuro a mí mismo al hablar, si guardo silencio sobre que un pecado es un pecado, y sobre que el derramamiento de sangre es inaceptable, entonces gradualmente, sin darme cuenta, dejaré de ser pastor".

Edelshtein comentó que Burdin es "más valiente que yo, que estoy jubilado". No se enfrenta a ninguna sanción por haber firmado la carta de Burdin. Sigue teniendo permiso para celebrar servicios.