Demi Lovato da marcha atrás con la identidad “no binaria”, vuelve a pedir que la traten como “ella”
Foto de Willy Sanjuan/Invision/AP
Los "pronombres preferidos" cambiantes de Demi Lovato son el producto de la idolatría de uno mismo por encima de todo.
La cantante de "I Love Me" ha emprendido un gran viaje.
En mayo de 2021, afirmó que era "no binaria", lo que significa que no se identificaba ni como mujer ni como hombre y que usaría "they" y "them" como sus "pronombres preferidos", ya que no refieren a ningún género específico.
Ahora, sin embargo, Lovato está cantando una melodía diferente.
En una nueva entrevista en el podcast "Spout", dijo que volvió a usar los pronombres "she" y "her" (ella y su, en español), que se alinean con su biología como mujer. Entonces, ¿por qué cambió? Lovato dijo que es una "persona fluida" y que ya no siente el equilibrio entre "energía masculina y femenina" que tenía el año pasado.
"Cuando me enfrenté a la opción de entrar al baño y decía 'mujeres' y 'hombres', no sentí que hubiera un baño para mí porque no me sentía necesariamente como una mujer", recordó.
Lovato explicó que ahora se siente más predominantemente femenina y usará pronombres que se correlacionen con esos sentimientos.
Sería fácil simplemente reírse de esto, y es comprensible, pero en realidad, es indicativo de la naturaleza pecaminosa dentro de cada persona, un deseo de trazar nuestros propios cursos, idolatrar el yo y seguir las modas culturales y los sentimientos actuales, en lugar de someterse a la verdad absoluta del diseño de Dios.
Para los cristianos, este es un buen recordatorio de lo que el profeta Jeremías declaró tan sucintamente en el Antiguo Testamento: “El corazón es más engañoso que cualquier otra cosa, e incurable; ¿quién lo podrá entender?”.
La raíz de la pecaminosidad humana es el orgullo, la creencia de que sabemos qué es lo mejor, que nuestros sentimientos son nuestros guías correctos y apropiados, y que somos nosotros, no Dios, quienes determinamos nuestros respectivos destinos. Esta es una inclinación pecaminosa tan antigua como la creación misma.
En el Jardín del Edén, la serpiente tentó a Eva diciéndole: “Dios sabe que cuando comas [el fruto del árbol], se te abrirán los ojos y serás como Dios, conocedor del bien y del mal”. Desde el comienzo de la existencia humana, hemos sido atraídos como polillas a una llama a la mentira de que somos nuestros propios señores.
Qué agotador es volverse sujeto de nuestros sentimientos que cambian y cambian constantemente.
Los cristianos deben encontrar consuelo en estas verdades profundas: el único Dios verdadero es paciente con nosotros en nuestra debilidad y pecado y, a diferencia de nuestros sentimientos, nunca cambia ni cambia.
“El Señor no tarda en cumplir su promesa, como algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con vosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos alcancen el arrepentimiento”. — 2 Pedro 3:9 (NVI)
“Jesucristo es el mismo ayer y hoy y por los siglos.” — Hebreos 13:8 (NVI)