Un pastor de Texas da gracias a Dios después de que un accidente de bicicleta llevara a los médicos a descubrir un tumor maligno en su cerebro.

Tan Flippin, de 57 años, se ha mantenido bastante activo la mayor parte de su vida, pero una rotura de menisco acabó con su régimen de correr y le llevó a empezar a montar en bicicleta.

En 2018, su paseo diario lo llevó a pasar por un tramo junto a una subdivisión que estaba en reparación.

"Supongo que les sobró un poco de asfalto y lo pusieron en la orilla", explicó Flippin a Kentucky Today. "Había pasado antes por esa zona sin problemas".

Flippin golpeó el asfalto y volcó el manubrio con sus zapatos soltándose de los pedales.

"Había tenido muchos accidentes y simplemente me levanté y me repuse", dijo. "Pero esta vez tenía un dolor terrible en la cadera derecha y no podía ponerme de pie".

Flippin tenía cuatro fracturas en la cadera, pero mientras estaba en el hospital, los médicos también le instaron a que se hiciera un TAC para comprobar si tenía una conmoción cerebral.

Los resultados fueron sorprendentes.

Había una masa del tamaño de una pelota de béisbol presionando la parte frontal del cerebro de Flippin.

Fue una noticia que el pastor del discipulado de la Iglesia Bautista Lakeside en Granbury está seguro de que se habría perdido si no hubiese tenido el accidente de bicicleta.

 "Si hubiese mirado hacia delante un segundo antes, habría visto el trozo de asfalto y lo habría evitado", dijo. "Dios permitió el accidente para que se encontrara mi tumor cerebral".

El pastor pasó 103 días recuperándose de una operación de cadera. Dos meses después del accidente se sometió también a una craneotomía para extirpar el tumor.

"Me desperté sintiéndome totalmente normal", dijo. "Me hicieron pruebas cognitivas y todo salió bien. Fui muy afortunado".

A pesar de las buenas noticias, el camino de Flippin hacia la recuperación no había terminado.

Completó 25 rondas de quimioterapia. Pero al cabo de un año, los escáneres PET de seguimiento mostraron los inicios de otro tumor, esta vez en el esternón, informa Kentucky Today. Un año después, el cáncer siguió creciendo en otras zonas del cuerpo.

Flippin se enteró de que tenía un raro trastorno sanguíneo que le predisponía a que le crecieran tumores en los huesos. Pronto, las pruebas revelaron que había otro creciendo en su cráneo.

Los médicos decidieron que el mejor camino era someterse a trasplantes de médula ósea y células madre.

Desde 2021, está libre de cáncer.

"La gente quiere que cuente esta historia, mi fe les ha inspirado y ha sido un estímulo. Lo escucho casi todas las semanas", dijo Flippin de su iglesia.

Flippin dice que tener el accidente cambió su vida y que, de hecho, está agradecido por ello.

"Dios me trajo a través de esta situación en un accidente que realmente creo que Él causó", dijo. "Bromeo con la gente y digo que ojalá no hubiese tenido que romperme la cadera para encontrar el tumor cerebral".