WASHINGTON - Muchos estudiosos describen la libertad religiosa como la base de todos los demás derechos humanos, pero en Estados Unidos se ve cada vez más atacada. Eso está llevando a un grupo en una búsqueda para educar a los estudiantes de la nación.

"Si nos fijamos en la historia de Estados Unidos, durante los primeros 100 años no hubo ni un solo desafío a la libertad religiosa en el Tribunal Supremo", afirma David Trimble, vicepresidente de política pública y educación del Religious Freedom Institute.

Hoy, por supuesto, la libertad religiosa es un tema habitual en el alto tribunal. Durante los últimos años, Becket Law ha mantenido un índice sobre las actitudes de los estadounidenses respecto a esta protección de la Primera Enmienda.

"La mayoría de los estadounidenses conocían la libertad de expresión: era popular. Pero menos de la mitad estaban familiarizados con la protección de la libertad religiosa en la Primera Enmienda, por lo que creo que existe una oportunidad real para la educación en esta materia", explica Derringer Dick, de Becket.

Ahí es donde entra en juego el plan de estudios America's First Freedom. Redactado por el Religious Freedom Institute, el plan de estudios de secundaria cumple las normas nacionales de estudios sociales y consta de cinco lecciones escritas para complementar las clases de historia de Estados Unidos, geografía mundial y ciencias políticas.

Este año se publicará una versión para estudiantes de secundaria y se está trabajando en planes para estudiantes de primaria. El objetivo es armar a la próxima generación de líderes con conocimientos sobre la única libertad que protege la conciencia, permite a los estadounidenses vivir su fe y hace más fuerte a la nación.

"Queremos proporcionarles un camino que los anime a tener confianza, a entender la libertad religiosa, a hablar de ella y a vivir su fe en la plaza pública. Eso es lo que pretendían nuestros fundadores y, sin embargo, lo que encuentro en todos los niveles educativos es miedo, inseguridad a hablar de religión, pero es obvio, por nuestra Primera Enmienda, que los fundadores no tenían miedo a hablar de religión ni a situar la libertad religiosa en el centro de nuestra democracia. Tenemos que hablar de ello en nuestras aulas y, sin embargo, no lo hacemos", afirma Trimble.

Los fundadores de Estados Unidos situaron la libertad religiosa en lo más alto de la Declaración de Derechos. Los países que protegen firmemente la libertad religiosa son más pacíficos y económicamente estables, lo que beneficia a todos los ciudadanos".

Aunque exista una brecha educativa, los últimos datos de Becket muestran que los estadounidenses tienen buenos instintos en este ámbito, lo que en general es una buena noticia para las personas de fe.

"En última instancia, ya sabes, la libertad religiosa, ninguna libertad realmente va a poder ejercerse plena y vigorosamente si no hay algún tipo de apoyo popular para ella, ¿verdad?" explica Dick.

Incluso cuando se les plantearon preguntas sobre temas controvertidos, los estadounidenses se pusieron del lado de la expresión religiosa.

"Una pregunta", explica Dick, "era sobre una diseñadora de páginas web a la que se le pide que organice una página web para una boda entre personas del mismo sexo, pero eso va en contra de sus convicciones religiosas y se niega. Hicimos varias preguntas en este sentido, pero dividimos la muestra, de modo que preguntamos a un tercio de la gente que el ejemplo que les dimos era un diseñador de páginas web judío, y luego a un tercio que era cristiano, y a otro tercio que era musulmán, y lo que encontramos fue más o menos la misma respuesta. Alrededor del 70% de la gente apoyaba al diseñador de la página web independientemente de sus creencias religiosas".

Aun así, el índice de Becket muestra que la Generación Z -los estadounidenses de 26 años o menos- es la generación menos solidaria.

Sólo el 46 por ciento tiene tolerancia y respeto por las diferentes creencias en Dios, que es una de las razones por las que algunos defensores sienten que están contra el reloj.

"Parece haber un lamentable desprecio por los principios fundamentales de la democracia, por los principios fundamentales de la verdad y por el papel fundamental que la religión y la libertad religiosa desempeñan en la sociedad", afirma Trimble sombríamente.

"Si perdemos la libertad religiosa en casa, si se ve comprometida en casa, sin duda la perderemos en todo el mundo", continúa.

El Instituto para la Libertad Religiosa trabaja ahora para extender su plan de estudios a las escuelas públicas, privadas y particulares de todo el país.