JERUSALÉN, Israel - El primer ministro Benjamín Netanyahu decidió cerrar el Monte del Templo a los visitantes judíos durante los últimos 10 días del Ramadán (que termina el 21 de abril), siguiendo el consejo de su ministro de Defensa y de los organismos policiales y de inteligencia, pero no el del ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir, que se opuso a la decisión.

Aunque la semana pasada grupos de palestinos musulmanes -apoyados por Irán y Hamás- instigaron enfrentamientos con la policía al negarse a abandonar la mezquita de Al-Aqsa a tiempo para las oraciones matutinas, el lugar sagrado lleva unos días relativamente tranquilo. Los dirigentes israelíes han cerrado a menudo la zona en los últimos años para reducir las posibilidades de violencia.

El gobierno emitió un comunicado diciendo que la decisión de mantener a los visitantes judíos alejados del lugar se tomó "por recomendación unánime del ministro de Defensa, el jefe del Estado Mayor de las FDI, el director de la ISA y el Inspector General de la Policía de Israel".

Ben-Gvir argumentó que el cierre "sólo puede aumentar" la posibilidad de violencia, no reducirla. Insistió: "La ausencia de judíos en el Monte del Templo conducirá automáticamente a la dilución de las fuerzas policiales en el Monte, lo que creará un terreno fértil para enormes manifestaciones de incitación al asesinato de judíos, e incluso un escenario de lanzamiento de piedras contra fieles judíos en el Muro Occidental".

Y añadió: "Cuando el terrorismo nos golpea, debemos contraatacar con una fuerza tremenda, no rendirnos ante él y sus caprichos".

Según The Jerusalem Post, las visitas judías al Monte del Templo durante los días intermedios de la festividad de Pésaj, de ocho días de duración, aumentaron casi un tercio con respecto al año pasado bajo el anterior gobierno israelí. Más de 3.000 peregrinos judíos ascendieron al lugar más sagrado del judaísmo.

Netanyahu ordenó que las fuerzas de seguridad israelíes estuvieran presentes en número suficiente para garantizar la seguridad en el Muro Occidental y en otros lugares de la Ciudad Vieja donde los israelíes se reúnen durante las últimas horas de la Pascua, que termina el miércoles por la noche.