A través de la cultura coreana muchos jóvenes llegan a los pies de Cristo en Ecuador

A través de la cultura coreana muchos jóvenes llegan a los pies de Cristo en Ecuador

08-24-2017

A la hora de evangelizar hay varias herramientas que nos pueden acercar a diferentes públicos. En ecuador, una misión coreana llegó con el propósito de compartir el amor de Dios y no imaginaron la cantidad de chicos que atraerían con su propuesta.

Se trata de Evangelio Pleno, una iglesia ubicada en el sur de Guayaquil. Aquí se congregan miembros de la comunidad coreana de la ciudad, porque precisamente esta es una misión que pertenece a las Asamblea de Dios de Corea del Sur.

A la cabeza de la iglesia encontramos al pastor Seung Woo Lee, quien en Ecuador es conocido como Gabriel Lee. Llegó a Sudamérica hace 28 años. Dejó su natal Corea porque soñaba con compartir el mensaje de Dios con el mundo. Él ya lleva 8 años sirviendo en este país.  

Lo curioso de este caso, es la manera en que estos pastores atraen a un público joven... Con la creciente popularidad que tienen las series y la música de coreana en el mundo, el pastor Gabriel, decidió enseñar su idioma, costumbres y música a los adeptos de la onda pop de su país.

“Cuando llegamos acá, en verdad, no teníamos ese plan. Pero, de domingo en domingo, un grupito de jóvenes acudió a la iglesia pidiendo abrir un curso para ellos, así que nosotros decidimos darle la mano abriendo la puerta. Creímos que solo unos 30 chicos vendrían al curso, pero el primer día que nosotros abrimos la clase, llegaron 180”, relata Lee.

A la vez, usa este tiempo para escuchar los problemas de sus alumnos y comparte la palabra con ellos. Y de esta manera, algunas personas que llegaron por las clases y para aprender más de esta cultura, ahora se congregan en la iglesia.

Los sábados y domingos, decenas de chicos y chicas acuden a las instalaciones de Evangelio Pleno para recibir clases gratuitas de coreano.

Así es como el templo se convierte en un aula y ha sido de esta manera desde el 2012. El pastor Lee y su esposa, al igual que algunos voluntarios, han estado enseñando su lengua materna de manera gratuita. Al mismo tiempo, usan cada pequeña ocasión para compartir el amor de Dios.

De acuerdo con Samanta Noriega, una de las estudiantes, “hay veces que, nosotros como jóvenes, nos alejamos de las cosas de Dios, entonces, ¿qué mejor que atraernos con algo que nos llama mucho la atención? Por ejemplo, yo creo que la mayoría de los que estamos aquí compartimos el gusto por Corea, por el kpop, por los dramas, la cultura en general.”

La música en su idioma natal también forma una parte importante de la evangelización. Invitan a los alumnos a formar parte de los grupos de danza y canto para presentaciones de la iglesia. Ahí no solo refuerzan su aprendizaje del idioma, también escuchan y comparten un mensaje de amor, que, según Lee, se siembra en sus corazones.

“Empezaron a venir de otra forma a la iglesia. Se quedaron en los cultos, aceptaron a cristo. Fueron bautizados y comprometieron su tiempo para aprender más”, dice este predicador.

La obra continúa dando sus frutos. Gabriel dice que la idea de implementar estos métodos, sin duda, fue una idea que Dios le dio para trabajar con los jóvenes que lo necesitaban, pues muchos además lo consideran un consejero y amigo

“La verdad es que más como un profesor, lo tenemos como un amigo. Puedes reírte, contar tus problemas y él siempre está ahí dándote el apoyo”, comenta la estudiante Ruth Clavijo.

El trabajo de la iglesia junto a los jóvenes a través de la música y el lenguaje, también puede ser evidenciado en sus redes sociales.

Actualmente, Gabriel Lee, trabaja junto a su equipo para mudarse a un establecimiento más grande, en el que tendrán su propio estudio para poder seguir evangelizando a los jóvenes por medio del idioma y a través de plataformas como YouTube, en las que piensa subir sus clases y predicaciones.

“Nuestro deseo es seguir haciendo las cosas, para que Dios nos bendiga y también bendiga a todos los que acceden a nuestro curso y nuestra iglesia”, dice Lee, quien lleva mucho tiempo en Ecuador y planea quedarse por varios años más, pues dice que aún queda mucho por enseñar y corazones que tocar.