En medio de la difícil situación económica que atraviesa Argentina, el Gobierno acudió a líderes evangélicos y católicos para que intervengan a través de la ayuda social.
En un comunicado, la Alianza Evangélica Latina informa que el presidente de la nación, Mauricio Macri, la Gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal y los ministros de Desarrollo Social, Carolina Stanley y Santiago López Medran, estuvieron presentes en el encuentro con los religiosos.
El diálogo es “con todos los actores sociales”, en el cual se incluye el contacto con los referentes de los diferentes credos. Para Gobernación, son ellos, con su ascendencia y su penetración en los barrios, interlocutores con información de primera mano. Además de “la transparencia y honestidad” que aportan las organizaciones religiosas, según informan fuentes gubernamentales.
La administración de Macri puso especial atención a tres ejes fundamentales del trabajo de las Iglesias Evangélicas: la contención alimentaria, el trabajo con adicciones y la presencia en las cárceles.
“Esto sucede, como le dijo el pastor Proietti a los medios, porque es notorio el cambio en la persona cuando abraza la fe en Jesucristo. Los gobiernos elogian y no ignoran estos cambios. Resaltan nuestro trabajo en recuperación de personas con adicciones, en la denodada tarea de comedores, hogares de niños, de ancianos, instituciones de cuidados para personas con capacidades diferentes, que se instauran por el trabajo en las iglesias. También de las congregaciones que se involucran en toda necesidad de la población, como cuando respondimos frente a inundaciones con ayudas concretas como lo hace ACIERA Mujer con el apadrinamiento de familias, “Una familia, Una Iglesia”, “Dona medias” etc, o por ir a las cárceles a predicarles a los presos para que en ese lugar reciban la libertad en Cristo”, dijo el pastor Jorge Gómez, director ejecutivo de ACIERA.
“Estas cosas son notorias por la gracia de Dios, e inspiran confianza en el poder del evangelio de Jesucristo”, añadió.
Uno de los acuerdos de este encuentro, es que la Iglesia Evangélica repartirá bolsas con comida, provistas por el Gobierno, para las personas de escasos recursos.
Los envíos serán canalizados por 4500 congregaciones que se encuentran en el área metropolitana y en la provincia de Buenos Aires. También "habrá un plan de contención y distribución en todas las provincias del país”, según adelantaron voceros del gobierno nacional.