Pastor Lorenzo Rosales Fajardo y su esposa Maridilegnis Carballo. (Fotografía: Christianity Solidarity Worldwide)

El 2 de agosto, las autoridades cubanas denegaron una solicitud del abogado del pastor Rosales Fajardo de "habeus corpus", que habría requerido que el pastor estuviera presente físicamente en el tribunal y se explicara el motivo de su detención, según explicó Christianity Solidarity Worldwide, un vigilante de la persecución religiosa en el mundo desde si sitio web.

La familia ha contratado a un abogado que ha podido reunirse con el pastor en una ocasión. El abogado informó que el pastor Rosales Fajardo estaba extremadamente delgado. Las fotos tomadas del pastor en el momento de su detención lo muestran en un estrangulamiento. Le dijo al abogado que lo esposaron, lo arrojaron al suelo y lo patearon repetidamente con fuerza en el abdomen y la cara, lo que le provocó la pérdida de un diente.

La familia del pastor no ha tenido contacto con el pastor Rosales Fajardo desde su detención. Su esposa, Maridilegnis Carballo, fue informada por la Seguridad del Estado el 14 de julio de que se encontraba recluido en una prisión de la Seguridad del Estado en la ciudad de Santiago de Cuba. Desde entonces, ha viajado allí varias veces, la última el 30 de julio, para llevarle alimentos y artículos de higiene personal, pero en cada ocasión se le ha impedido hablar con él o verlo. Un grupo de pastores en Santiago también intentó visitar al pastor, pero se les negó la entrada a las instalaciones.

El pastor Rosales Fajardo, acompañado por su hijo de 17 años y otros miembros de su iglesia, se unieron a las manifestaciones pacíficas que se desarrollaron en toda la isla el 11 de julio. Después de que el presidente cubano Miguel Díaz-Canel diera una 'orden militar' televisada para que los revolucionarios retomaran las calles por la fuerza, la policía y las fuerzas de seguridad del estado respondieron a las protestas pacíficas con violencia y detenciones masivas.

Aunque el pastor y su hijo fueron detenidos al mismo tiempo, fueron separados casi de inmediato. La seguridad del Estado obligó a Carballo a firmar un documento sobre los cargos contra su hijo y pagar una multa de 2000 pesos (aproximadamente USD $ 83), pero negó saber dónde estaba. Se le consideró «desaparecido» durante casi una semana, antes de regresar a casa a última hora de la noche del 17 de julio. Informó que le vendaron los ojos y lo transportaron en un camión oscurecido, por lo que no sabía dónde lo habían retenido. Otros presos que preguntaron adónde los llevaban, fueron golpeados.

A Carballo se le advirtió que podría haber repercusiones negativas para su hijo si continúa hablando sobre la situación de su esposo. Otros dos pastores, Yéremi Blanco Ramírez y Yarian Sierra Madrigal, que fueron detenidos durante las protestas en la ciudad de Matanzas y liberados dos semanas después, también siguen enfrentando cargos penales.

 “Hacemos un llamado al gobierno cubano para que libere al pastor Rosales Fajardo de inmediato.” dijo Kori Porter, CEO de CSW USA, “Estamos profundamente preocupados por su bienestar y es inaceptable que a su esposa se le haya prohibido hablar o incluso ver a su esposo durante más de tres semanas. Nos hacemos eco de las declaraciones de los grupos religiosos cubanos en apoyo del derecho de toda persona a expresarse pacíficamente, incluso a través de manifestaciones públicas. La comunidad internacional debe dejar en claro al gobierno cubano que esta respuesta violenta a las protestas y las detenciones masivas y los juicios sumarios de manifestantes pacíficos son inaceptables”.