Dos padres cristianos instan a la Iglesia de Inglaterra a que cambie sus orientaciones para las más de 4.700 escuelas primarias que permiten a niños de tan solo cinco años identificarse como transgénero.

Nigel y Sally Rowe escribieron una carta abierta al arzobispo de Canterbury en la que piden a la institución que revise sus orientaciones "Valuing All God's Children" (valorando a todos los niños de Dios), ya que éstas ordenan que los niños de tan sólo cinco años deben ser afirmados por sus escuelas si desean identificarse como del sexo opuesto.

"La enseñanza cristiana básica es que todos hemos sido creados hombre o mujer y que las diferencias entre los sexos son hermosas, diseñadas y complementarias, y deben ser respetadas en la sociedad", escribieron los padres. "Todos hemos sido creados hombre y mujer".

El hijo de la pareja, de seis años, fue tachado de "comportamiento transfóbico" por la escuela porque se mostró angustiado y molesto después de que le dijeran que debía referirse a sus amigos según su género adoptado utilizando sus pronombres preferidos. 

Los Rowes retiraron a su hijo de la escuela y pidieron al Departamento de Educación que proporcionara una orientación clara sobre el modo en que las escuelas deben tratar a los alumnos que desean identificarse como el sexo opuesto. En la actualidad, la legislación del Reino Unido prohíbe a los ciudadanos cambiar legalmente de género hasta los 18 años. 

"También nos preocupaban los efectos nocivos para los niños a los que se les permitía la transición social, así como los efectos en todos los demás niños de la escuela", escribieron los Rowes en la carta. 

La familia presentó un extenso estudio al Departamento de Educación que demostraba que "las políticas de afirmación trans pueden tener "resultados catastróficos" para los niños con confusión de género".

Inicialmente, el departamento se negó a examinar las pruebas, pero cuando los Rowes decidieron llevar su caso a revisión judicial, la escuela cambió su política.

En agosto, la ex fiscal general Suella Braverman dio un discurso sobre cómo cambiarían las directrices. 

"El problema es que muchas escuelas y profesores creen -de forma incorrecta- que tienen la obligación legal absoluta de tratar a los niños que tienen dudas sobre su género según su preferencia, en todos los sentidos y en todos los aspectos, desde los pronombres preferidos hasta el uso de las instalaciones y la competición deportiva", dijo. "Todo esto se lleva a cabo a veces sin informar a sus padres ni tener en cuenta el impacto en otros niños. Cualquiera que cuestione este enfoque es acusado de transfobia. En mi opinión, este enfoque no está respaldado por la ley". 

Los Rowes recibieron más de 23.900 dólares en concepto de costos legales y el compromiso del gobierno británico de reformar las políticas de afirmación trans en las escuelas.

Ahora sus miras están puestas en la Iglesia de Inglaterra. 

En la carta, los Rowes señalan que la guía "Valuing All God's Children" no está respaldada por la ley y debe ser revisada. 

Es evidente que la guía "Valuing All God's Children" no aborda en absoluto los pasos importantes que se requieren para salvaguardar a los niños, tal y como señala el fiscal general", afirman. "Está claro que Valuing All God's Children debe ser desechado".

"Estamos seguros de que estarán de acuerdo en que la seguridad y el bienestar de todos los hijos de Dios a quienes se enseña en las escuelas de la Iglesia de Inglaterra es un asunto de suma importancia", agregaron los padres.

Andrea Williams, directora ejecutiva del Christian Legal Centre, que representó a los Rowes en anteriores litigios, cree que la postura actual de la Iglesia de Inglaterra es perjudicial.

"La Iglesia de Inglaterra, que tiene más de un millón de niños a su cargo, respaldó el enfoque de la escuela en el caso de los Rowes. 'Valuing All God's Children' debe ahora ser desechado a la luz de este resultado y de la abrumadora evidencia de que la Iglesia está apoyando el daño".