Fuente de la imagen: Captura de pantalla de YouTube/The Heritage Foundation

Una madre californiana se manifiesta contra el sistema escolar público de su estado, acusándolo de lavar el cerebro de los niños sobre la ideología de género y quiere una luz sobre el efecto devastador que puede tener en sus vidas.

Durante una reciente mesa redonda organizada por la Heritage Foundation, Abigail Martínez compartió, por primera vez, la trágica historia de su hija de 16 años cuya lucha con la identidad de género la llevó a quitarse la vida. 

Sobrecogida por la emoción, Martínez describió a su hija como una "niña" durante su primera infancia a la que le encantaba vestirse como una princesa.  Durante el séptimo y octavo grado, comenzó a mostrar signos de depresión. 

Martínez dijo que pidió ayuda a los funcionarios de la escuela y les pidió que "la vigilaran".

Dijo que su hija sufría acoso escolar y que los niños la llamaban fea. Cuando llegó al instituto, la joven decidió que quería ser un chico.

"Cuando empezó el instituto, se abrieron las puertas a lo que ella comentaba, como la transexualidad, ir a reuniones, acudir a todo el apoyo que creen que tienen para estos niños... que no es así", recordó Martínez. "El consejero de la escuela estaba involucrado, el DCFS (Departamento de Servicios para Niños y Familias) estaba involucrado, un grupo LGBT estaba allí también, tratando de 'ayudar' a mi hija en la transición de ser transgénero", señaló Martínez. "Me acusaron de no querer abrir los ojos ya que ella sentía desde pequeña que era un niño lo cual no era cierto. ... era la niña de la casa".

Martínez dijo que se reunió con el director de la escuela y el consejero, pero que en realidad empeoraron las cosas. Después de un intento fallido de suicidio, su hija fue colocada en una casa de acogida y entonces empezó a llamarse Andrew.

"La psicología de la escuela y el LGBT le dijeron al DCFS que mi hija estaría mejor fuera de la casa", dijo la angustiada madre. "Se llevaron a mi hija cuando tenía 16 años. Hice todo lo posible por recuperarla... yendo al juzgado cada mes".

Continuó: "Cuando fui al tribunal, le pedí al juez que por favor dejara que mi hija tuviera una evaluación psicológica". Pero como la trabajadora social de su hija dijo que tenía que ser reconocida como transgénero, el juez denegó la petición de Martínez.

Ella dijo que un grupo LGBT alentó su decisión de transición a una identidad masculina y le dijo que el estado de California pagaría sus cirugías.

"'Este era el mejor momento para hacerlo', le dijeron a su hija, 'porque si no lo haces ahora, nada te va a hacer feliz'. Estás descontenta con tu cuerpo, odias tu cuerpo, así que ve por él'".

Martínez dijo que instó a los tribunales a centrarse en la crisis de salud mental más que en la cuestión de la identidad de género y a "ayudarla desde adentro".

Y añadió: "Lo que más me dolió fue que me dijeran que no hablara de Dios".

Una trabajadora social advirtió a Martínez que hablar de Dios "iba a hacer que él (Andrew) se sintiera incómodo porque está en peligro de suicidarse".

Pero ya era demasiado tarde.

Martínez dijo que, en septiembre de 2019, su hija se suicidó arrodillándose frente a un tren que se acercaba. Concluyó su historia diciendo que esperaba que ningún otro padre tuviera que soportar el dolor de corazón que ella experimentó.

"Quiero que todo el mundo sepa la verdad porque no tenía que suceder", dijo Martínez. "No quiero que esto le ocurra a ninguna otra familia ni que pase por todo este dolor. Hay mucho dolor".

Como CBN News ha informado anteriormente, los defensores de los transexuales han reconocido incluso que la mayoría de los niños preadolescentes que luchan con la identidad de género la superarán en la edad adulta.

Esto pone en duda la necesidad de la afirmación social, por no hablar de las intervenciones médicas. Los bloqueadores de la pubertad y las hormonas sexuales cruzadas también conllevan riesgos físicos para los niños. Entre ellos, la infertilidad, los accidentes cerebrovasculares, los ataques al corazón y el debilitamiento de los huesos.

El estado de Texas ha decidido que los procedimientos de cambio de sexo para niños son iguales a "abuso infantil". Como resultado, el mayor hospital pediátrico de Estados Unidos ha cancelado los tratamientos de transexualidad que bloquean la pubertad para los niños de allí.